Relatos de una incomprendida

Un monstruo me persigue

Un monstruo me persigue de día y de noche, no me deja en paz ni un rato para descansar.

A veces lo escucho pero me hace mucho daño y termino llorando, con el corazón acelerado y apenas pudiendo respirar

Otras veces me tapo los oídos para no sentirlo, le grito para que me deje en paz pero tampoco se va, está ahí atrás mío. Me persigue continuamente y de noche se acuesta en cama abajo mío, me susurra hasta poder conciliar el sueño, pero mientras más me habla más me desvelo.

Le gusta mucho contarme historias de terror que jamás podrían suceder en la vida real pero me hace creer que sí.
También le gusta molestarme haciendome creer que no soy suficiente para nadie. Diciéndome cosas horribles de mí.

Con este monstruo me levanto todos los días a la mañana, desayuno con él, me mira mientras elijo la ropa para el día y cuando me cambio también. Mientras lo hago, me muestra todos mis defectos físicos habidos y por haber.

Cuando tengo que trabajar por suerte se va, es mi único momento a solas, pero no siempre pasa así. A veces me extraña tanto que me interrumpe cuando trabajo también, solamente lo hace para que yo me desconcentre y haga cualquier cosa haciendome creer que no soy capaz.

Este monstruo me persigue a cada minuto.
A veces está callado pero presente de alguna forma.
Otras veces no para de hablar, me cuenta todo lo malo que hay en mí, me hace ver cosas que no son ciertas, me trae viejos recuerdos que trato de guardar en un cajón y lo peor de todo es que le encanta mostrarme películas irreales y decirme que van a pasar en la vida real.

Este monstruo tiene nombre y también muchos motivos para acompañarme desde ha hace unos años.
Su nombre es Ansiedad y los motivos que tiene para estar conmigo son muchos, inseguridades de la infancia, traumas de la adolescencia y hasta de una expareja tóxica.

Además de estar conmigo todos los días, me recuerda muy seguido sus motivos y hasta me cuenta alguno que había olvidado de contarme