Decir adiós a los seres queridos, no es algo fácil. En especial cuando llevas 1300 años atrapado en la tierra, entre un mundo y otro, en lo desconocido. Esperando, añorando y luchando por un descanso. He despedido a muchas personas en mi tiempo siendo el gerente de Hotel del Luna y ciertamente me dolió tener que despedir a los empleados que se volvieron amigos. Solo quedaba Seo-Hui y fuimos a despedirla con cariño. La miré a los ojos cuando dijo que no quería irse llorando y que prefería irse con una sonrisa. La vi dar unos pasos hasta el auto y abrir la puerta. Justo en ese momento, sentí su voz.
—Seo-Hui... —Dijo la voz de Man-Wol, logrando que Seo-Hui se detuviera—. ¿Puedo... abrazarte?
No esperé escucharla decir eso, ya que ella jamás ha abrazado a nadie al despedir. Supe en ese instante lo mucho que le dolía despedirse de ella. Como siempre me dijo, la mejor empleada que ha tenido el Hotel del Luna. La vi dar pasos lentos hasta abrazarla por los hombros, dándole leves golpes en la espalda con cariño. Seo-Hui sonrió la observó en medio del abrazo.
—No iba a llorar. —Le dijo con una sonrisa apenada, soportando las lágrimas—. ¿Por qué me haces llorar?
Man-Wol no le contestó y continuó dándole un abrazo, a lo que Seo-Hui no lo resistió y la envolvió en sus brazos con fuerza. Verlas abrazarse así me hizo pensar en cuando yo tenga que despedir a Man-Wol.
—Muchas veces mi corazón se rompía por ti. —Le dijo Seo-Hui—. Siempre quise... darte un abrazo así.
Luego, visualicé como Man-Wol se acercó a su oído y le dijo algo para luego abrazarla con más fuerza. Noté la sorpresa en el rostro de Seo-Hui que me observó y sonrió. Le devolví la sonrisa sin entender pero supuse que era algo personal y decidí ser respetuoso. Bajé la cabeza y simplemente las dejé tener su momento. Levanté la cabeza para observar a Seo-Hui tomar sus manos y mirar hacia abajo, sonriendo. Luego se alejó, subiéndose al auto y cuando este arrancó me incliné para despedirla. Solo que me acerqué lentamente a Man-Wol, abrazándola por los hombros para así hacerle saber que estaba aquí para ella, que estaba a su lado.
—Chan Sung... —Me dijo y habló sin dejar de mirar hacia delante—. No me queda champagne... Y hoy... Necesitaré mucha.
Sonreí y asentí, mirándola dejar caer las lágrimas.
—Iré a comprar. —Le dije y di caricias a sus hombros—. ¿Estarás bien tú sola?
—Sí, solo necesito un momento... —Dijo y bajó la mirada, antes de levantarla y mirarme a los ojos—. Pero no te demores demasiado, Chan Sung.
Negué y la acompañé hasta el hotel, donde se dirigió al jardín y supe que iba al árbol. Sí, necesitaba este momento a solas y se lo iba a conceder. Así que salí del hotel y mientras bajaba la escalera, noté lo vacío que se veía sin personal o huéspedes. Tenía dudas y decidí ir a quitármelas. Me dirigí a la farmacia de Mago para poder hablar con ella. Esperaba que la deidad pudiera darme respuestas.
En tanto llegué, moví las cortinas y ella estaba sentada en una mesa. Me miró y me señaló una silla frente a ella.
—Adelante... —Me dijo y tragué saliva, sentándome luego de dar una inclinación—. Sabía que vendrías... Puedo ver que tienes dudas.
—Solo tengo una... —Dije y la miré despacio—. ¿Cuánto tiempo... nos queda?
—Hoy... —Dijo Mago y tragué saliva—. En tiempos de luna llena, se acumulará toda la energía del hotel. La luna llena abrazará la energía del hotel, sus recuerdos y su poder. Todo desaparecerá una vez que Jang Man-Wol se haya ido.
Me quedé un momento en silencio y la miré.
—¿Puedo preguntar...? —Dije y me detuve, dudando pero ella me asintió, animándome a continuar—. ¿Por qué me eligió a mí? ¿Por qué me eligió?
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Hotel del Luna: Eclipse
FanfictionAntes de partir al otro mundo, Jang Man-Wol le dará un último regalo a su amado Goo Chan-Song, una hija, Jiu. Quien está destinada a ser la próxima dueña del Hotel del Luna, heredado por su madre. Un hotel que hospeda clientes fantasmas. ¿Qué sucede...