Epílogo

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*Jiu Pov.*

Me detuve a una distancia prudente, observando con mis manos en la espalda mientras despedíamos a otro de nuestros huéspedes. Gahyeon se despedía y yo me mantuve recta mientras tenía mis manos en la espalda, observando su accionar con una sonrisa. Tras ver que el alma se iba camino al río samdo, ella se giró a verme y sonrió con ternura.

—¿Hace cuánto que estás ahí? —Me preguntó y sonreí—. No te sentí acercarte.

—No hace mucho, solo te observaba. Me gusta ver despedir las almas.

—Es buena en su trabajo. —Dijo la muerte y le sonreí—. Todas ustedes han perfeccionado sus habilidades.

—¿Siguen hablando de nosotras en el más allá? —Preguntó Gahyeon y la muerte le asintió—. ¿Qué fue lo último que se dijo?

—Pues, seguro reciban petición para agrandar el hotel. —Nos dijo y lo miré atenta—. Los ángeles quieren tomarse vacaciones en el hotel.

Levanté las cejas y sonreí.

—¿Agrandar el hotel? —Dije y me reí—. Tendremos que contratar más personal.

—Seguro que puedo hacerlo. —Dijo Gahyeon y le guiñó a la muerte—. Diles a los ángeles que yo me encargo de convencer a la dueña.

—Tú también eres la dueña, cariño. —Le dije y miré a la muerte—. En la próxima apertura estará la nueva sección. Solo dame tiempo a que podamos contratar más personal.

Asintió y se retiró. Ingresamos al hotel nuevamente e íbamos de la mano pero nos dividimos ya que Gahyeon fue a su oficina para administrar un papeleo que tenía que hacer. Y como hago cada jornada antes de cerrar el hotel, hago un recorrido y me aseguro de que los huéspedes estén bien atendidos y no necesiten nada. Noté que Handong escuchaba a una huésped que le mencionaba sobre un vestido que quería cuando era joven y no pudo tenerlo en vida. Gracias a nuestra conexión supe que estaba averiguando cada detalle para hacérselo. Eso me hizo sonreír.

Seguí mi recorrido y noté que Yoohyeon guiaba a una pareja a la playa donde había mandado hacer una velada romántica al atardecer, algo que los dos habían hecho al casarse. Era una pareja que murió de ancianos, él murió primero y la estuvo esperando por años. Era lindo presenciar estos casos, los disfrutaba. Observé desde lo lejos como ambos iban sonrientes y seguí caminando.

Siyeon estaba guiando a unos nuevos huéspedes y los guiaba a la zona de limpieza. Todo parecía ir de maravilla por este lado, así que fui hasta la barra y me encontré con Sua haciendo tragos.

—¡Jiu! —Dijo al verme y sonreí—. ¿Quieres el trago de siempre?

—¡Por supuesto! —Le dije y me senté en la barra—. Todo va de maravilla, así que pronto vamos a cerrar por hoy.

—¡Alguna novedad? —Me preguntó y asentí.

—Luego de cerrar hablaremos con todas para informarles pero el hotel se agranda. —Me miró atentamente en tanto dije eso y sonreí—. Los ángeles quieren venir de vacaciones, así que haremos una sección para ellos.

—¡Oh, excelente! —Dijo sonriendo—. ¿No necesitaremos personal capacitado?

—Sí, tendremos que contratar más personas y creo que es hora de tener a alguien más en recepción porque quiero que Dami se encargue de los ángeles con Yoohyeon.

—Oh, ellas se llevan bien con ellos desde la batalla del eclipse. —Dijo mientras terminaba de preparar el trago y asentí—. ¡Encontraste a alguno más?

—Sí, hay varios de ellos camuflados en policías, políticos... —Dije y negó—. Tenemos que trabajar en subir la vibración de las almas, de los seres humanos. Aunque Dami ha hecho una gran limpieza de demonios.

Hotel del Luna: EclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora