Capítulo 5

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*Gahyeon Pov.*

Jiu insistió en que me fuera temprano y era tarde en la madrugada. Lo único que encontramos abierto para comer fue un McDonald's. Luego de hacer nuestro pedido, fuimos a la mesa y nos sentamos a comer en paz. Veía a Jiu mirar su celular mientras comía unas papas y la miré atenta, recordando cómo se apresuró para ir a salvarme. Y sé que está furiosa, lo veo en su mirada.

—¿Qué me miras? —Dijo sin quitar la mirada del celular y me quedé con la hamburguesa en la mano un momento.

—Te ves enojada. —Le dije y sonrió, levantando las cejas y llevándose la papa frita a la boca.

—Porque estoy enojada. —Dijo y dejó el celular para verme—. No dejaré que te vuelva a suceder esto, esas chicas tendrán que entender que tú eres intocable.

—¿Y eso por qué? —Le dije y tomó su hamburguesa.

—Ya te dije... Tú me perteneces. —Dijo y me quedé con la comida a medio masticar en la boca, viéndola morderla—. Nadie toca lo que es mío.

Quedé realmente roja y me enfoqué en la comida, tratando de masticar y luchando para que se fuera la vergüenza latente en mi rostro

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Quedé realmente roja y me enfoqué en la comida, tratando de masticar y luchando para que se fuera la vergüenza latente en mi rostro. Miré un instante a Jiu y sonreía. Seguimos comiendo y cambiamos de tema, hablando de como mamá quería que Jiu fuera a casa a cenar un día y ella me dijo que le dijera un día e iría. Hablamos de que papá estaba trabajando arduamente en unos casos y eso lo tenía ocupado, por lo que iba a verlo a la estación para llevarle café.

Para cuando salimos del McDonald's, íbamos caminando a casa y le conté cómo fue que me atrapó Sua y desperté cuando estaba en el túnel sintiéndome mal.

—Por un segundo creí que no volvería. ¿Qué sucede si entro en ese lugar? —Le dije y suspiró mirando a la calle.

—Eres humana, así que te perderías sin posibilidad de regresar. —Dijo y me miró mientras yo tragaba saliva—. Si hubieras entrado, no podría haber ido por ti. Ya que al estar atada al árbol del luna no puedo cruzar sin tener previa autorización de Mago.

—Oh, que horror. —Dije y me llevé la mano al pecho—. ¿Hubiera quedado estancada para siempre?

—No, simplemente habrías olvidado quién eres y de estar tanto tiempo ahí estancada habrías muerto y seguido por el río Samdo... pero tu destino habría sido malo sin la flor que da Mago.

Nos detuvimos en la puerta de casa y me quedé de pie contra la puerta grande de madera, pensativa.

—No quiero morir así, quiero recordarlo todo. —Dije y ella me miró con las manos en la espalda—. Además, mi vida aún no ha terminado. Hay muchas cosas que quiero hacer.

Me sonrió y asintió. Me alejé de la puerta y me acerqué para mirarla con atención.

—¡Ni siquiera me han dado mi primer beso! ¿Cómo me voy a morir sin que me besen? ¡No!

Hotel del Luna: EclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora