Capítulo 01: Perdido a la deriva.

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Bueno, me he tardado más de lo esperado, pero aquí tienen el primer capítulo de esta historia, no me ha quedado del todo como esperaba, pero al menos es pasable, y espero que les guste. Es un poco largo y espero que no sea pesado leerlo, pero como sea espero lo disfruten.

El océano estaba agitado, las grandes olas hundían las embarcaciones que navegaban en las cercanías de aquella tormenta, el cielo estaba oscuro, y tan solo se iluminaba cuando los potentes rayos lo hacían retumbar todo. Aquello no era una tempestad normal, ya que estaba siendo provocada por la bestia gobierna los mares, el Leviatán había renacido, y esta vez no había nadie que fuera capaz de detenerlo, ya que incluso aquellos a los que se les llama héroes, estaban siendo masacrados.

La situación era más grave de lo que parecía, no solo el Leviatán había resurgido, sino que estaba acompañado de sus hermanos, el Behemoth y el dragón negro. Aquellas bestias estaban atacando en distintos puntos del reino, parecía un ataque sincronizado que no les permitió reaccionar adecuadamente, incluso la mazmorra se había unido a ese desastre, provocando que decenas de miles de monstruos comenzaran a subir piso tras piso con dirección a la superficie.

Todos los de rango bajo y medio se quedaron en Orario para detener aquella horda de monstruos, mientras que los miembros de elite de cada familia de rango S, se dirigieron a la batalla contra aquellas calamidades acompañando a los Argonautas. Zeus y Hera pensaban que solo el Dragón Negro había aparecido, captando demasiado la atención y haciendo que actuaran de manera precipitada, mandando a todos los que tenían disponibles contra este para acabarlo lo más pronto posible, pero a unos cientos de Kilómetros hacia el este, el Behemoth comenzó su ataque.

- ¡Debemos separarnos, el Behemoth esta demasiado cerca de la ciudad de Bizancio! - exclamó el capitán de los Argonautas, haciendo que una parte de ellos cambiara su rumbo, y fuera al encuentro de aquella bestia antes que llegara a la ciudad - maldición, no esperaba que aparecieran al mismo tiempo, es como si esas alimañas se hubieran puesto de acuerdo con atacar al mismo tiempo - pensó mientras trataba de ocultar la preocupación que sentía, pero solo lo logró a medias.

Bizancio no solo era el puerto más grande del continente, también era una de las ciudades más pobladas con cerca de 850 mil habitantes, solo estando por detrás de la capital Orario y de la capital de Samsara, la ciudad de Sakia. Era el lugar más seguro en las cercanías, haciendo que todos los civiles de poblados cercanos se dirigieran hacia ese lugar, aumentando la cantidad de personas encerradas ahí, convirtiéndolo en una ratonera hacía donde el Behemoth había dirigido sus pasos.

- ¡Capitán Teseo! Tengo malas noticias - desde el cielo llegó un joven con alas blancas, este aterrizó justo en frente de donde estaba el capitán de los Argonautas - los civiles no pueden escapar de Bizancio, están siendo cercados por miles de monstruos y el ejército no puedo repelerlos - aquello complicaba demasiado la situación, pero aun había una oportunidad de que se salvaran.

- Simplemente tienen que retenerlos hasta que la flota evacue a la población por el mar, no importa a que isla, incluso si es Telskyura deben sacarlos de ahí - ante aquellas palabras, aquel joven se mostró asustado, confundiendo a Teseo - ¿Qué sucede Icaro?

- Es imposible la evacuación por mar - aquello aterro a Teseo de una forma impensable, y más lo que escuchó después - el Leviatán apareció cerca de Melen, provocó una tormenta que destruyó gran parte de la flota, están atrapados en Bizancio, y el Behemoth está cerca.

- ¡¡¡Maldición!!! - exclamó Teseo con todas sus fuerzas - debemos encargarnos de esa maldita lagartija voladora, y de esa serpiente marina de inmediato - Teseo estaba asustado - si dejamos pasar al dragón, este llegara a Orario, y pasara lo mismo que hace 1,200 años con Oratoria, la ciudad será destruida, pero también tenemos que priorizar la evacuación de Bizancio.

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