1. Molestia color verde

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Domingo en la noche.

Los cigarros se habían acabado más rápido de lo usual y es que la universidad estaba matando a Sanji.
Los exámenes se acercaban y gracias a su gran amigo Luffy, había faltado la mayoría de clases así que ahora no sabía ni cuál era su nombre.

—Cigarros... Cigarros —repetía mientras buscaba la marca que consumía usualmente en la estantería de una tienda cerca de su casa.
Aquella tienda siempre era recurrente ya que era algo grande y tenía muchas cosas que Sanji solía usar al cocinar cuando no tenía tiempo de hacer compras, solo que ahora no encontraba lo que más consumía.

—Creo que esta semana no llegaron los que te gustan —Comentó el anciano del despacho mientras no despegaba su mirada del periódico.

—Mierda... —Se rascó la cabeza —entonces dame este —tomó la primera caja que su mano alcanzó de la estantería en la caja registradora, no podía ir a buscar los cigarros a otra tienda porque ya era muy tarde y debía regresar a seguir estudiando —¿Cuánto cuestan estos?

El anciano apartó el periódico y se colocó sus lentes para revisar el precio en la computadora. Sanji estaba ansioso, desde la mañana no consumía su dosis diaria de nicotina y sus manos empezaban a temblar.

Pronto le dijo el precio y Sanji se apresuró a sacar unas monedas de su pantalón, pero debido a las ansias las monedas cayeron al suelo al salir de su bolsillo. Se inclinó a agarrar las monedas y mientras lo hacía, vio un par de zapatillas frente a él.

—Oye —Su voz era áspera — ¿Qué no estás muy niño para fumar?

El rubio frunció el ceño levemente y se levantó del suelo mirando con coraje.

—¿A qué te refieres?... —iba simplemente a preguntar eso, pero cuando vio el rostro del contrario, notó que también era demasiado joven como para referirse a él como "niño" —anciano... —agregó sarcásticamente alzando su voz en la última palabra mientras observaba al sujeto de pies a cabeza, no entendía cómo alguien podía ser tan entrometido, Sanji respetaba a todos pero las ansias y el enojo se mezclaron y no tenía paciencia para ser cortés, más cuando notó que aquel sujeto tenía un cabello muy gracioso, ahora quería reírse pero su enojo era mayor.

—Tsk —El sujeto entrometido puso una canasta de compras sobre el mostrador para que sean cobradas mientras hablaba mirando al frente, como si hablarle directamente a Sanji no fuera importante, quería ignorarlo. —Obviamente los niños no pueden comprar este tipo de cosas ¿Acaso debería llamar a tus padres?

Al rubio se le notó una vena del enojo.

—Por si te interesa, tengo 23 años... Solo una persona con cabeza de musgo no se percata de que hay otros adultos a su alrededor.

—¿Ahora vamos faltándonos el respeto? —Colocó su tarjeta de débito en el mostrador un poco brusco —deberían enseñarte modales... —Arrugó su mentón y le dirigió la mirada al rubio.

—Pues concéntrate en tus cosas y yo en las mías —Sanji colocó igualmente de forma brusca las monedas en el mostrador

El anciano miraba la escena sin importancia mientras registraba los datos del "cabeza de musgo"

—Señor Roronoa Zoro aquí está su cambio y gracias —estiró una mano con las compras ya en fundas y con la otra mano la tarjeta.

Zoro frunció el ceño al escuchar que el anciano dijo su nombre casi completo, pensó que solo le faltaba decirle su fecha de nacimiento.

—Por favor, —Se relajó un poco tratando de no enojarse ahora con el anciano —no le venda este tipo de cosas a menores de edad —Zoro guardó su tarjeta para después caminar a la salida sin esperar más, pero escuchó el click de un encendedor seguido de una voz.

Cigarros (Zosan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora