2. Una reunión inusual

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Fin de las clases y todos los amigos del sombrero de paja estaban en la cafetería de la universidad esperando hasta que aparezca Sanji quien le dijo a Usopp que se adelante, pero ya habían pasado casi diez minutos y este no aparecía.

—¿Por qué mierda invitaron a ese señor? —Nami reprochó al instante cuando Luffy les contó a los demás sobre la reunión que planearon.

—Pero tiene la misma edad que Franky —Brook empezó a reír.

Todos miraron hacia donde estaba Franky, con cara sería, pues no sabían la edad de su amigo.

—Tengo 25.

—!Ahhh! —Dijeron al mismo tiempo.

—Pero creo que Zoro era un año mayor que yo... O quizás era uno menos —Franky puso su mano sobre su quijada pensativo mientras tomaba su coca cola con sorbete.

—Solo espero que no sea un amargado o todas las consecuencias las asumirás tú —Nami jalaba el cachete de Luffy —además será muy incómodo... Se supone que es un profesor.

—Tranquila Nami, Franky tiene la misma edad que él, y no es un amargado.

—Usopp tiene razón... Además, Zoro era super en la escuela, era muy popular.

Usopp entrecerró los ojos al escuchar eso, su profesor tenía pinta de todo menos de haber sido alguien popular ya que eso implicaría ser super cool y no super serio.

—Chicos ¿En dónde está Sanji-san?


Zoro había acabado su jornada laboral, al menos ese día no tenía que impartir clases en la tarde así que ya estaba a punto de irse a casa.

Primero debía liberar un poco su cuerpo, el traje lo sofocaba más de lo normal porque quizás, aunque ignoraba la mirada de todos, su cuerpo podía sentir el bochorno de la multitud.

Se dirigió al baño que más cerca le quedaba, no sin antes perderse unas cuantas veces y pedir ayuda a algunos estudiantes. Pero era normal, apenas y conocía el establecimiento.

Mientras caminaba empezó a aflojar su corbata, ya tenía su saco en su brazo, y había sacado la mitad de su camisa de tela blanca fuera de su cinturón, parecía que la camisa de tela seria fresca pero aun así le picaba y sudaba.

Cuando entró a los baños se encontró con una sala un poco grande, se sorprendió genuinamente, estaba limpios y espaciosos, pensaba que serian una porquería como todos los típicos baños en los que había estado fuera de su casa.

Zoro se acercó a los lavamanos que estaban a un costado de la entrada, dejó su saco encima y empezó a mirar su celular. Tenía varios mensajes de su padre.

"Hoy no salgo hasta las seis de la tarde así que llévale algo de comer a Perona."

Luego había mensajes de Perona donde pedía específicamente que quería comer en la tarde. Mientras Zoro leía aquellos mensajes escuchó un susurro y su cuerpo se congeló.

El no creía en los fantasmas ni mucho menos les tenía miedo en el caso de que existieran, pero debía admitir que casi suelta el celular por el asombro. Observó los lockers y notó que uno estaba cerrado, intentó ignorarlo y seguir en lo suyo.

—¡Ya lo sé, no tienes que repetirlo! —se escuchó un susurro un poco más alto y esta vez Zoro no pudo evitar dejar de escuchar.

—Estoy un poco preocupado por mamá así que creo que iré el fin de semana a verla... —un largo silencio —Maldición viejo... ¡Tengo veintitrés años, ya se defenderme! Pero bueno, tengo que irme... Te llamo en la noche.

Cigarros (Zosan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora