La música del lugar era tranquila, un poco alta para ambientar, sin embargo, no era del tipo de música muy movida o muy oscura, simplemente era una música que se podía escuchar de fondo sin ser notada o sin que el ambiente sea aburrido.
Además, los clientes parecían estar en sus propios mundos, sus grupos, sus amigos, sus conversaciones propias. Solo apenas unas cuantas personas solitarias sentadas en la barra, casi ebrias, deprimidas, otros intentando ligar y ahí estaba Zoro, despechado queriendo que Sanji dijera algo, porque después de muchos segundos, el rubio seguía mirándolo atónito.
Makino había escuchado todo. Aun así, solo podía seguir en lo suyo, el bar estaba lleno y el trabajo debía seguir.
Sanji recordó aquello cuando uno de los ebrios pidió otro trago, entonces solo ignoró a Zoro y enseguida fue al estante de bebidas para luego rellenar el vaso de aquel cliente.
Zoro lo había estado siguiendo con la mirada, estaba suplicando internamente para recibir una respuesta, o al menos un poco de atención.
—¡Maldito cocinero! —Nuevamente habló cuando Sanji se había alejado lo suficiente para atender a otras personas, pensó que lo estaba evitando, cos que era correcta. Caminó hacia el otro lado de la barra para volver a encontrarse con Sanji. —Necesitamos hablar.
—Yo no necesito hablar nada. —Hizo una mueca y caminó al otro lado del lugar, Zoro lo volvió a seguir detrás de aquella mesa.
—¿Acaso no escuchaste lo que dije?
Sanji cerró los ojos y frunció el ceño, no tenía cabeza para nada.
—Estoy trabajando, si no vas a beber algo entonces puedes irte. —Intentó ser lo más amable posible.
—¿Si compro algo entonces hablaras conmigo?
No hubo respuesta, era obvio que no lo haría, no tenía intenciones de hacerlo, solo quería trabajar y tratar de no pensar en sentimientos. Sin embargo, Makino se acercó a la pareja.
—¿Entonces qué quieres beber?
Sanji la miró extrañado, quería disculparse por estar en aquella charla en horas laborales, pero no tuvo la oportunidad de hablar.
—¿Un vino? ¿Whisky?
Zoro miró a todos lados, sus ojos solo podían encontrar botellas y botellas de bebidas baratas, caras, cerveza, gente bebiendo. Empezó a sentirse ahogado y apenas su cabeza cayó en cuenta del lugar en el que estaba, solo se repetía internamente a si mismo mil veces que estaba en un bar.
Sus manos sudaban, su pecho se sentía ahogado.
—Solo bebo cerveza, gracias... —Dijo en un susurro mientras su mirada se limitó a ver la mesa.
Makino notó aquel nerviosismo, parecía que iba a entrar en pánico en cualquier momento.
—¿Seguro? Creo que necesitas algo más fuerte —Sonrió tratando de ser amable. Rellenó un vaso a medias de whisky y se lo colocó enfrente de sus manos, justo donde Zoro había clavado su mirada sin intenciones de alzarla. —La casa invita.
Tomó el vaso con una mano y notó un leve temblor. ¿Debía beberlo? Quizás así Sanji hablaría, debía ambientar al rubio para que se anime a hablar. Debía beberlo entonces.
Llevó el vaso a su nariz y olió aquel líquido, solo con eso, su nariz ardió, parecía ser una bebida de una marca buena.
Tragó saliva y colocó en sus labios el vidrio. No quería hacerlo, pero debía.
Pensó en que la cerveza estaba bien, un vaso te hacía refrescar, dos solo te dejarían el sabor agrio de la sustancia. Pero beber whisky era otra cosa.
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Cigarros (Zosan)
أدب الهواةSanji va a comprar cigarrillos como es de costumbre, pero un molesto adulto se puso en su camino. No pensaba que aquel sujeto iba a ser alguien de su día a día. Créditos al arte de la portada: @NagaVvV (En Twitter)