VII

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Se detuvieron por el escalofrío que sintieron al escuchar la voz del peliblanco, todos dirigieron su mirada al mayor, quien lentamente se acercó al peliverde inconciente.

Se puso de rodillas y acarició el rostro del chico con suavidad, era tal y como lo recordaba a diferencia de que ahora lo que sentia era solo frío, los nuevos estaban impresionados y preocupados, el pelirrojo nervioso por lo que pasaría.

El cenizo aún estaba en shock de pie sin mover un solo músculo, su mirada solo estaba puesta en el peliverde.

Tomura tomó una de las manos del pecoso, aquella que tenía ciertas cicatrices por el día del incidente, gruño levemente, recordando los malos momentos que tuvo que pasar el pecoso sólo,  acercó su oído al pecho del peliverde,escuchando atentamente el corazón de esté, aún latía, era despacio y con poca fuerza pero aún permanecia con vida.

—Shigaraki

El peliblanco levantó su mirada hacia el pelirrojo, quien se acercó y se arrodilló de igual manera.

—Aún vive ¿no es cierto?—Preguntó y el mayor asintió.

—Su corazón late muy despacio

—Deberíamos llevarlo al pueblo, la médica, podrá revisarlo. —Dijo la pelirosa.

Todos miraron al peliblanco y este apretó el cuerpo del peliverde contra el suyo, negándose a entregarlo a esos chicos.

—L-la cueva solo empeorará su estado—Dijo nervioso Tamaki

—Es importante para ti ¿no?—Todos dirigieron su mirada a la chica del gran moño—Entonces deberías dejarnos ayudar, necesita salir de aquí y ser revisado por alguien.

La chica se acercó sin temor y tomó la mano del chico, notando lo frío en él.

El peliblanco cerró sus ojos con fuerza y apretó sus dientes, ya le falló una vez, ya lo dejó una vez, no quería volver a pasar por eso, ni hacerlo pasar por eso al peliverde, ciertamente necesita un médico, necesita que el peliverde este bien, ese fue su compromiso protegerlo y ver su bienestar por sobre él.

A regañadientes asintió y dejó que el pelirrojo y la chica pelilila lo tomen en sus brazos, mientras él se levantó y vió de reojo al cenizo, quien lo miro con el ceño fruncido levemente.

Escondió sus manos en las mangas y apretó sus brazos, soltó un chasquido, el peli verde se encontraba en los brazos del pelirrojo y la pelilila ahora tenía la lámpara en una de sus manos.

El cenizo pasó por el lado del peliblanco, se acercó a su amigo y vió a detalle al peliverde inconsciente, ignorando la mirada fulminante que se ganaba del mayor.

“Descarado...”

—Debemos llevarlo con Recovery —Habló Togata mirando a la salida del lugar.

—¿Quien? —Preguntó desconfiado Tomura.

—Chiyo es la médica del pueblo, es muy conocida como Recovery . — Contestó Tamaki escondiéndose detrás de Togata al ganarse la mirada del peliblanco.

—Estamos perdiendo el tiempo, es mejor que salgamos de aquí. —Dijo el cenizo encaminándose junto al pelirrojo hacia la salida siguiendo al rubio.

El peliblanco relajó su semblante pero aún mostraba su mirada preocupada hacia él cuerpo del pecoso mientras los seguía hasta la entrada de la cueva, donde una vez más la pelilila lo volteo a ver al igual que la pelirosa.

Por un segundo esperaron que los siga por las sombras del bosque pero esto no paso y mientras más rápido avanzaba el pelirrojo con el chico en sus brazos, Tomura se quedaba con un nudo en su garganta que no era posible de soltar.

—¿No vas a seguirnos?

El peliblanco apretó sus puños y negó con la cabeza.

—Supuse que podías moverte libremente por la oscuridad—Murmuró la pelirosa mirando a la pelilila.

—Te traeremos noticias sobre su estado—Prometió la joven mirando por última vez al peliblanco quien no dio respuesta y vio como las jóvenes ahora se alejaban al mismo paso que los varones.

—Maldición

Volvió al interior de la cueva, donde la única luz que había era de los cristales, aquellos que le hacían compañia a él y al peli verde desde hace mucho tiempo.

Se acercó a los pequeños cristales partidos y los tomó entre sus manos, apretó sus ojos al igual que sus puños, con un revuelo de emociones en su interior se sentó en suelo y se vio en la libertad de sollozar en silencio con una temblorosa sonrisa que se formaba en su rostro.

Después de tanto podía verlo y tocarlo, no era la misma sensación puesto que el joven peliverde estaba inconsciente, el dolor que cargaba aumentó al verlo en ese estado, después de tanto tiempo protegiéndolo, admirandolo desde el exterior, llega un tipo y destruye lo que tanto protegió y amo con toda su alma, su amado pecoso estaba en el hilo de la vida y la muerte.

La maldición que llevaba consigo no le permitía seguirlos hacia el pueblo, así mismo su corazón durante ese tiempo no le permitió ser capaz de destruir el cristal que encerraba a quien en el pasado llamó su prometido y hasta ahora consideraba el amor de su vida.

También era el miedo, el terror que sintió cuando lo vió por primera vez encerrado en ese cristal, sin saber que hacer, sin saber que sucedió, sólo un momento lo dejaba sólo y sucedía algo, sin pista alguna prefirió no destruir el cristal, temía lastimarlo, temía perderlo .

Confío la vida de su amado en las manos de unos jóvenes mocosos que por más que odie eran los únicos que podían ayudarlo, porque estaban vivos, porque podían salir de ese hermoso pero solitario lugar donde él estaba condenado a vivir hasta que su propósito se cumpla, tal como el rogó.

Desvaneció su cuerpo en la oscuridad, refugiándose en esta, sin quitar de su mente la imagen del pecoso, desde como era y se veía en su momento de vida hasta el actual tiempo, el cual ya había perdido la cuenta.

—Mierda¿Que haré ahora?—Susurro cubriendo su rostro que volvía a humedecerse por las lágrimas sin control que salían de sus ojos.

“—Ah¿Eres nuevo en el pueblo? ”

“—A-Algo así, llevo ya un tiempo por el lugar, nunca te había visto”

“—Lo mismo digo, Soy Midoriya Izuku"

“—Shimura Tenko

Continuará...

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(„• ֊ •„)
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Por alguna razón esto logró ponerme sensible (T^T) bye bye

La Dama De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora