Libro 1 FUEGO.
Las mazmorras amanecieron especialmente frías esta mañana, el olor metálico de la sangre en la celda era asfixiante; abrió y cerró los ojos con cansancio, pestañeó varias veces antes de quedarse mirando a la pared, eran dos pupilas doradas como el sol pero a la vez carentes de vida.
Había sido arrojado a las mazmorras después de perder la batalla del cometa de Zozin, Ozai redujo Ba Sing Se a cenizas y no fue una sorpresa cuando hizo lo mismo con el resto del mundo.
Pronto los susurros de rebeliones se hizo presente, historias de hombres y mujeres maestros de su elemento que quisieron pasar a la historia como grandes revolucionarios surgieron de entre los callejones como la hierba salvaje que nadie pidió pero aún así esta ahí solo para embellecer el paisaje; hombres y mujeres que proclamaron a todo pulmón traer de regreso las naciones elementales y su equilibrio, lograr lo que el Avatar en vida no pudo, asesinar a Ozai, «un montón de idiotas» pensó con amargura mientras escupía sangre al suelo, «montón de arrogantes sedientos de gloria», los recuerdos de sus muertes aún eran claros, lo cual era una lástima ya que la mayoría de las veces provocaba pesadillas.
Ozai era un monstruo y no tuvo que esforzarse para demostrarlo.
Fue precisamente eso lo que provocó la rebelión de los Señores de Gaoling, no pudieron soportar enterarse de la noticia de la prematura muerte de su hija e iniciaron lo que más adelante fue conocido como la resistencia de los Señores del Hierro.
Comenzó como una simple campaña militar rebelde y tomó impulso gracias a los fondos Beifong.
Los pasos se hicieron presentes en las mazmorras, ecos de pesados pasos atreves de las celdas antes de detenerse.
Él estaba frente a su celda.
La puerta chirrió antes de abrirse con un golpe seco.
—Hola de nuevo ... querido hijo—
La sedosa voz del señor del fuego resonó a través de las paredes.
Zuko se sacudió violentamente entre las cadenas, lo miró fijamente con sus dientes rechinando en pura furia.
—Todavía sigues vivo...es un sorpresa— soltó en un bostezo ahogado.
—Creí que habrías querido reunirte con tus "amigos".—
Zuko sacudió las cadenas prepotente lleno de ira, luego jadeo de cansancio al sentirse terriblemente agotado.
—Mírate ...— Ozai lo señaló con una vara metálica —... quizás si lograste lo que querías, eres tan patético como tu tío.—
—¡N-no te atrevas a mencionarlo!Zuko se estremeció en su lugar lo suficiente como para gritar en su voz raspada.
—Oh?— Ozai o el Rey Fénix como ahora se hacia llamar, ladeo la cabeza a un lado fingiendo molestia mientras internamente sonreía divertido, su mano se dirigió a uno de los lados de su cadera, el lugar donde guardaba su herramienta preferida usada solo en "ocasiones especiales" y lo blandió ligeramente de un lado a otro.
Zuko solo tragó saliba en reconocimiento de lo que vendría, inconscientemente cerró los ojos ante lo inevitable.
El objeto metálico destelleó en el aire con elegancia mientras reflejaba la poca luz de la celda.
El dolor lo adormeció en un instante, un amplio surco de carne picada se abrió paso en su mejilla de lado a lado salpicando sangre en el suelo.
Ozai solo alcanzó aquel objeto a uno de los subordinados a sus espaldas, era triste que su juguete preferido no pueda limpiarse solo.
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Zuko, DESTINADO?
FanfictionEnfrentarse a su padre lo envía al pasado, literalmente. Zuko sabe que es prisionero tanto del pasado como de la nación del fuego. Ahora no sabe que tanto podría hacer sin que el futuro sea un caos, sus amigos lo necesitan y agni sabe que no permiti...