CAP 2: Soy cenizas #2

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Libro 1 FUEGO.

Lo primero que vio fue unas banderas de la nación del fuego (común), una mesa con un florero con lirios del fuego dentro (raro ... pero en algún lugar de las mazmorras tendrían flores ¿no?), una amplia alfombra "fina" en el amplio suelo (extraño), sus manos se movieron con impaciencia frotando sin pensar algo suave debajo de ella, unas sabanas determinó " muy finas" (muy extraño), una sirvienta apareció de la nada fingiendo ser parte con los muebles "lo intentó" (muy muy extraño), se volvió a recostar donde quiera que estuviera, la cama era extraña por decir lo menos, demasiado comoda como para él.

Se congeló al darse cuenta que alguien lo seguía mirando.

A su atrás sintió la mirada calculadora de alguien que lo analizaba constantemente; volteó lentamente casi deseando ver a su madre dándole la bienvenida al mundo espiritual.

Una versión pequeña de lo que una vez fue Azula se le quedó mirando con curiosidad.

—U-uh, ¿estabas teniendo pesadillas?— preguntó inocentemente mientras juntaba sus manitas en un gesto adorable.

Zuko parpadeó tontamente.

—¿A-Azula?—

La ¿pequeña? solo se alejó para ver las cosas en los muebles.

Ahora que lo pensaba dos veces, el mundo espiritual no debería emular el mundo de los vivos.

—¿Que pasó Zuko? No llegaste a aprender tus katas ... ¿Otra vez?— Azula se deslizó con gracia por la habitación.

A Zuko se le vino un alegre recuerdo de su niñez, de un tiempo antes de que su "madre" escapara y su posterior destierro.

—Q-que bueno que estás por aquí ...  Azula.— Zuko algo consciente de su situación comenzó a salir de su cama lentamente. —A pasado muchas cosas ... tengo mucho que contarte. ¿S-sabes donde están los demás?—

—¿Los demás?—

Azula siempre fue buena mintiendo, ¿por que sería diferente en el mundo espiritual?, su hermana nunca cambiaría y en parte eso lo tranquilizaba.

—¿S-sabes donde e-estamos?—

Azula solo lo miró de reojo. —¿Hmm?—

—S-supongo que puede esperar.— Se volvió a tumbar en al parecer su cómoda cama.

El mundo espiritual fue más complejo de lo que recordaba, al parecer también empleaba el sarcasmo, emular un escenario de su niñez fue cruel en mas de un sentido.

—Padre se encuentra en una reunión con el abuelo ... y madre lo está acompañando.— Azula volteó a verlo como si estuviera en frente de un idiota. —Pensé que lo sabrías.—

—Estoy seguro que madre está aquí, pero ...— Zuko dudó una milésima de segundo.

Azula enarcó una delicada ceja lentamente.

La Azula frente a él estaba insinuando que Ozai había terminado en el mundo espiritual; estaría satisfecho con el rumbo de los acontecimientos, sin embargo, algo no cuadraba, de hecho algo se sentía terriblemente mal.

Su corazón dio un vuelco negándose a reconocer la realidad de su situación.

Hubo un movimiento sutil debajo de su almohada, vagamente le recordó su vida como desterrado y como en ocasiones algunas sabandijas lograban colarse en el equipaje que usaba de almohada.

Tentativamente palpó debajo de su almohada.

Azula parecía esperar expectante por su reacción, esa fue una broma muy infantil de su parte, aunque tuvo que admitir que fue una medida eficiente para aligerar el ambiente.

Zuko, DESTINADO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora