Epilogo

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SAMUEL

Tres años después, Carla y yo seguimos viviendo en mi apartamento donde nací y crecí, el lugar donde hacíamos el amor por primera vez, donde habíamos conocido el amor. Aunque el plan original era irnos a Londres, al fin no lo hicimos.

- ¿Sigues pensando en Londres? – cuestione

- ¿Londres?

- ¿Quieres irte?

Carla estaba preparando el desayuno para David, mientras lo hacía sonreía sin darme respuesta.

- ¿Carla?

-Da igual.

-A mí no.

Carla ignoraba mi comentario, jamás quería que nos quedamos aquí si Carla de verdad quería irse a Londres, por supuesto que entonces iba a elegir la mejor opción para los tres.

-David! – ella lo llama, gritando

David corre entrando en cocina y tomando él siento.

-Ven, papa... vamos a comer las tortitas de mami.

Sonreí y le hice el caso, aunque seguía mirando a Carla tratando a entender que si es esto lo que quería.

-Son muy deliciosa – dije

-La mejor comida del mundo! – decía David

- ¿Mejor que mis macarrones? – cuestione haciéndome el ofendido

-No, tus macarrones también.

Carla y yo nos reímos sin parar.

Somos una familia y jamás creí que íbamos a terminar viviendo en este lugar que significa tanto para mí.

En cuanto David se fue, decidí ayudar a Carla recoger todos los platos y lavarlos, aunque aún trataba descubrir si estaba pensando en ese sueño de volver a Londres.

-Yo estoy contigo, sea lo que sea que decidas – dije

CARLA

No sabía si quería que nos quedamos en Madrid o irnos a Londres, me daba igual mientras estaba junto a Samuel.

- ¿Qué es lo que tú quieres hacer? – pregunte

-Lo que tú decidas...

-Samuel, no puedes darme una respuesta así cuando estamos hablando de mudarnos.

Samuel se acerca a mí tomándome por la mano, mirándome en los ojos y sonríe suavemente.

- ¿Qué otra respuesta esperas de mí cuando sabes que te amo con locura y que jamás iba a permitir que otra cosa nos separa de nuevo?

Lo besé en labios, haciéndole entender que lo amo demasiado.

-Nuestro amor es infinito, ¿verdad? – decía

-Lo es, Samuel.

- ¿Qué es lo que querías decirme el otro día? – cuestiona

-Ah, así...

- ¿Qué?

-Estoy embarazada – dije

Samuel me regala una gran sonrisa, esta noticia le hacía sentir felicidad igual que a mí.

-Por eso sé que quiero seguir aquí, en este mismo lugar, junto a mi familia, que son mi hijo y tú – dije sinceramente

Samuel me abraza, acariciando mi espalda y haciéndome entender que siempre va a estar de mi lado.

Nuestro amor es infinito, siempre lo era.

Este apartamento era nuestro hogar, nuestro sitio donde siempre se encuentran los recuerdos de nuestro amor eterno, estar viviendo aquí es otro recordatorio que yo pertenezco al lado de Samuel.

Es raro recordar que volví a Madrid por unos días y terminé dándome cuenta de que mi separación de Samuel no valió la pena, volví junto a él y ahora sé que esto es infinito.

Es para siempre y más allá...

FIN

Amor InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora