¿Quieres casarte conmigo?

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SAMUEL

Desde que Carla se fue de España por primera vez todo ha cambiado, yo cambie mucho y ya no sigo siendo ese chico inocente y tímido. Y la primera vez que volvió sabía que voy a querer ser ese chico de nuevo, ese chico que descubrió la pasión y amor junto a ella.

La quería demasiado, sabía que quería pasar el resto de mi vida con ella.

-Anda, es hora de levantarnos – decía Carla

Sonreí, quería seguir durmiendo, al menos un rato más.

-Marcos sigue durmiendo, no es justo – me queje

-Samuel, anda, no necesito otro niño.

Llevamos viviendo en mi casa por tres años, Carla no quería mudarse a ningún otro lugar, le apetecía estar aquí. Había tenido demasiadas memorias sobre este lugar, la melancolía de nuestra relación ese verano que vivimos juntos, pero no solamente melancolía sino también felicidad.

-Un ratito más – susurro

Abrí los ojos porque no oí su respuesta más de diez segundos, al abrirlos la veo de mi lado, mirándome y observándome.

- ¿Vas a seguir haciendo eso? – cuestione

-Nunca me cansaré – decía

Lleva haciéndolo desde la primera vez que habíamos hecho el amor, siempre me mira mientras estoy dormido, así perdiendo el sueño... recuerdo una noche de amor mientras estábamos en las Encinas, el día siguiente tenía tanto sueño que solamente yo sabía por qué.

-Te amo, cada día más – susurro en su oído

Quedamos acostados en la cama, yo no tenía ganas de levantarme y Carla tampoco.

Parece que ya se olvidaba de seguir molestándome para que me levantara.

-Samuel...

-Ya sé, pero no tengo ganas de levantarme.

-No es eso, es que... he hablado con mi mamá y nos quiere ver, a los dos. Desde el divorcio volvió a encontrarse con un viejo amigo y están juntos, quiere que cenamos todos juntos.

-Me parece bien.

Aunque era raro, creo que sería bueno llevarme bien con su mamá, Carla también.

CARLA

No sabía si creer en buenas intenciones de mi mamá, pero de todos modos vale la pena intentarlo. Desde que me llamo me llegan los recuerdos de último año en las Encinas, me sentía fatal.

- ¿Estás bien? – pregunto Samuel

David se estaba jugando en el salón, así teníamos más tiempo para hablar de estas cosas.

- ¿Estás así por tu mamá?

-Un poco.

-Yo creo que tiene buenas intenciones.

-Sí, pero es porque tú eres buena persona, quieres ver lo mejor en otras personas, incluso cuando no lo hay.

Me toma por la mano, le frustraba cuando hablaba de esa manera.

-Tú eres la mejor persona que conozco, eres el amor de mi vida y la madre de mi hijo, no mereces seguir odiándote por cosas que pasaron a tu alrededor.

Asentí con cabeza, me acerqué a él besándole en labios.

Él sonríe, sigue el camino hacia cocina, pero en ese camino veo algo caer de su bolso.

Él también lo notaba, daba vuelta para tomarlo.

-Joder... - decía

- ¿Qué es esto?

Me di cuenta de lo que es y quedé sorprendida.

Terminaba de rodillas en frente de mí con ese anillo.

-Samuel...

- ¿Quieres casarte conmigo?

No creo que esa era su idea original de pedirme el matrimonio, pero paso y tenía que hacerlo, era ahora o nunca.

Saltaba en sus brazos, quedando a su altura.

-Sabes que si – susurro al besarlo en labios

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Queda epilogo ❤️

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