Hayden

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Adara

La paranoia me persiguió el resto del día. Afortunadamente ninguno de los hermanos Morgan se había dado cuenta, pero los presione para que me llevarán a casa con la excusa de que mamá estaría esperándome para ir de compras. Y como seguían con resaca, no hicieron preguntas.

Lo que llamó la atención fue que cuando llegue, no salude a nadie; yo tenía la costumbre de llegar y contarles absolutamente todo lo que me pasaba, así que cuando huí directamente a mi habitación, las miradas de mis hermanos y padres me siguieron. Lo bueno era que mamá estaba tomando un baño, ya que ella si o si me hubiera obligado a contarle la verdad en ese instante

Pero no hubiera encontrado que decirle. Los ojos de Sammy lograron atravesar la barrera que me daba dedicado a construir durante todo ese tiempo en Londres; a decir verdad, una parte de mi se alegraba verla tan llena de vida pero me asustaba que estuviera con mis hermanos cerca ya que ellos no se rendirían hasta encontrarme y llevarme de vuelta, aunque ya era mayor de edad pero seguía sin estar lista para verlos.

Mi plan era no encontrarnos en persona nunca más , de hecho.

Un tic comenzó a hacerse presente y camine en círculos por mi habitación para intentar cobrar un poquito de cordura. No quería decirle a nadie, ya había construido mucho como para dejar mi vida solo por que nos vimos. Además, me faltaba poco para graduarme de la universidad, sin mencionar que Christopher y Nick eran amigos en los que podía confiarles hasta mi vida, y eso no se encuentra en cualquier lado.

Estaba perdida en mis pensamientos hasta que note la esbelta figura de cabello rubio analizandome en la puerta del cuarto. Sin pensar, solté un suspiro y fui directamente a abrazarla. Ella me acarició el cabello durante unos minutos

-¿Que te pasa mi vida? Hace mucho no habías tenido una crisis- dijo con una voz sumamente tranquila sin dejar de abrazarme

-No lo sé mamá, me estoy sintiendo extraña- decidí mentirle para no preocuparla. Obviamente no era lo más inteligente ya que ella podía enterarse en cualquier momento, no era tonta. Además de que una de las reglas era hacer todo en familia y sentía que estaba traicionandolos, pero no era para tanto ¿verdad? -Me siento rara mamá - le dije. Quería desahogarme pero sabía que ella le diría todo A Mayne y ellos tomarían medidas un poco arriesgadas. Como irnos a otro país de un día para otro

Y eso era egoísta, por que eso significaba protegerme a costa de sus otros hijos. Kaia ya tenía un pequeño negocio de repostería, Heist también estaba a nada de graduarse Mientras Frey era modelo en una tienda de ropa alternativa. Ya cada quien estaba tomando su rumbo como para obligarles a mudarse

-¿Por qué cariño? ¿Paso algo de lo que deba enterarme? - preguntó. Me aguante las ganas de llorar por que a pesar de los años seguía siendo la más sensible de los 4

-Pues, es que hace rato.... - comencé a seguirla creando una historia que se viera creíble para que no indagaran mucho- fui con Los Morgan a almorzar por que andábamos muy crudos. Y vi a un chico que se me hace guapo

-Aja- me arrastró hasta la cocina para hacerme un té que calmara mis ansias y agradecí que en Londres casi siempre estaba nublado

-Y pues ya lo he visto varias veces. En la uni y como que frecuenta los mismos lados que yo- le dije viendo mis manos

-¿Crees que te esté siguiendo? - me dijo de repente y la mire

-¿QUE? no, no es eso. Ya hemos cruzado algunas palabras y es muy agradable -

-¿Entonces que te preocupa? - abrí la boca pero no encontré que decirle y lo repetí varias veces. Ni me había dado cuenta que todos estaban viéndome con atención desde la isla de la cocina. Kaia les había horneado un pastel de chocolate amargo que Heist y Valter casi se acababan, Frey y Pierce me miraban con la ceja levantada y Mayne tenía las manos cruzadas

La próxima CashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora