Capitulo 2

328 21 0
                                    

Estábamos en el coche del abuelo. Nadie hablaba. Yo estaba en el asiento del copiloto y Horacio en los de atrás. Conway, ni siquiera nos miraba. Su mirada estaba fija en la carretera. No sabíamos a dónde iba. Lo único que escuchábamos era el sonido del auto policial, y lo único que observabamos era la carretera, apreciábamos la libertad.

Fue llendo hacia el sur, y entró en el primer garaje que encontró, el camino había sido muy largo, al menos para mí. Bajó del coche, cerrando la puerta con fuerza y por fin rompió el silencio

- Pensáis quedaros ahí? Salid venga - nos ordenó.

Nos miramos y luego salimos del patrulla caminando detrás del viejo.

- Espero, que hayais tenido tiempo para pensar - me miro por encima de las gafas - sobre todo tú, Gustabo. Espero que hayais entendido, por fin, como van las cosas en el CNP. Y os lo dije - empezó a hablar calmado - una vez entras no hay vuelta atrás y os aseguro una cosa... si os vais, será con una bala, mi bala - hizo una pausa - no obstante, tengo un puesto que a lo mejor os puede interesar. Y como hoy tengo los cojones católicos, voy a dejar que os expreseis y me digais que es lo que buscas en el cuerpo. Cuáles son vuestros objetivos?

Volvimos a mirarnos, como buscando lo que deberíamos responder, nos imaginábamos cualquier reacción del viejo, menos esa. Que nos esperara en la puerta de la federal? Nunca se nos pasó por la cabeza esa situación.

- Bueno - me decidí a hablar - yo.. nosotros. Antes que nada. Buenas noches. Pensamos - mire nuevamente a Horacio, este me asintió - que nuestra mejor etapa, fue cuando eramos parkimetros andantes

- Cuando erais putos parkimetros?

- Si, lo digo por la libertad, entendemos que al entrar ya oficialmente al CNP, no vamos a tener la misma libertad.. pero no sé a lo mejor tiene algún cargo que nos sea más, digámoslo así, flexible.

- Otra cosa que apreciábamos de ese puesto, era que solo resiviamos órdenes suyas, y no de cualquier gilipollas que piensa que por tener un cargo superior al nuestro o llevar más tiempo en el cuerpo, puede hacer lo que le da la gana - habló está vez Horacio

- entiendo ... Por lo que habéis dicho, y por lo que yo he podido apreciar en vosotros, anormales, no os va la disciplina, - se quitó las gafas - eso es lo que tiene generalmente un inspector. Estos suelen ir por libre y suele hacer... Mayormente el gilipollas.

- y en qué consistiría? - sonaba bien, pero quería estar seguro de que no comeríamos tanta mierda

- mi oferta es la siguiente: Inspectores, más bien sub-inspectores. Obviamente un inspector tiene más renombre que un sub-inspector. Sin embargo tiene unas obligaciones, totalmente, diferentes a la de un alumno u oficial. Teneis la posibilidad de patrullar, de acatar órdenes y de hacer investigaciones paralelas.

- suena bien no Horacio? - le consulte

- si que suena Gusna - el viejo le interrumpió

- pero hay un riesgo, cuando os convirtais es sub-inspectores, estos más cerca de palmarla, si cometeis un fallo, morireis - su rostro estaba totalmente serio, y expresaba algo de preocupación.

Horacio y yo nos miramos durante unos segundo, habíamos pasado por mucho, solo éramos él y yo. Lo único que teníamos, era nuestro trabajo, que ahora veíamos que era mucho más serio de lo que pensábamos y nosotros, eso era lo que teníamos, no teníamos más que arriesgar, si uno de nosotros moría, el otro también

- Queréis ser sub-inspectores, realizar investigaciones, infiltraciones, meteros en tratos y arriesgar vuestras putas vidas? - preguntó, era ahora o nunca

Fragmentado (Gustabo García)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora