Capítulo 8

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El súper subió al Z... Luces, cámaras y ¡acción!

 Luces, cámaras y ¡acción!

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- Muy bien.. - empezó a conducir - me lo vas a contar todo, mariconeti

- no se que coño quiere que le cuen- me interrumpió

- ¿Qué coño hacías con Emilio? ¿Ya se te olvidó lo que le hizo a tu hermano? No si ya se cuán leal eres, rubito- reprochó, tenía que ser inteligente y responder como lo haría el antiguo Gustabo, el que se la pasaba tonteando en garaje central. sí! Haré que esta conversación me beneficie. Soy un psicópata? Veamos si es cierto y puedo utilizarlo a mi favor, acaso es eso posible?

- En ningún momento he dicho que estaba con Emilio, estaba tomando el sol en la playa- respondí con firmeza

- Es de noche anormal - aclaró - Y cómo viniste? A pie? - siguió interrogándome - Porque el coche tan guapo que había aparcado en el muelle, el único coche, es de Emilio. Y sorpresa, él no está

- Pues no sé si Emilio estaba en la playa, yo no le ví, vine en taxi - me sostuve a mi cuartada con los dientes sabiendo que en cualquier momento el súper puede tirarla al suelo, ahora mismo no estaba seguro de mis habilidades, aunque recordé que esto no era más que un paripe - además llevo varias horas aqui y ya le puedo asegurar, viejo, que no vi a Emilio en ningun momento

- Por supuesto! - golpeó el volante con firmeza, al parecer pasó por alto mi pequeño juegecillo con su edad desconocida - que convincente!     
!Vamos, es muchísimo más fácil, robar un coche que tomar un taxi, y eso es esactamente lo que hubieras hecho, Gustabin¡ -me recordó

- Pues ya ve, me he reformado - comenté burlón - el tiempecito en federal no me ha sentado tan mal o si? - hice una seña con los ojos algo coqueta

- Si, muy bien, muy bien, te has reformado? - paso su mano por su rostro mientras doblaba en la autopista rumbo a la ciudad - Quieres que te cuente lo que había dentro del maletero de ese puto coche?

- No, sinceramente no me interesa - dije sin más y mire por la ventana. El paisaje poco a poco se iba transformando, dejando detrás el paisaje arenoso y azul dando paso a algo un poco más seco.

- Pues debería interesarte, te incrimina más de lo que crees - alegó y tardé un rato en responder, creo que solo quería agregar más drama. Al final !la vida es una telenovela¡

- Pero, por qué razón? Yo no tengo nada que ver con ese coche ni con su dueño. Usted está tratando de encerrarme, verdad, Conway? - cuestioné - Esto es solo un teatrito, montado y protagonizado por usted, para buscar la forma de que yo diga o haga algo que me lleve a estar entre rejas nuevamente, no es cierto? Tanto miedo me tiene? - subí un poco el tono de mi voz, parecía algo desesperado.

- Deja de leer putas teorías conspirativas, el mundo no gira a tu alrededor. El hecho es que: había un tío con una lancha y máscara de diablo, que se dió a la fuga y te dejo ahí solito - ya comenzaba a observar edificios, Los Santos nos daba la bienvenida

- máscara? Lancha? Discúlpeme, mi miopía hace que no pueda ver de lejos - mi propósito era colmarle la paciencia

- no trates de hacerte el estúpido, Gustabin, sabes que eres más inteligente de lo que crees. En ese coche habían 2 ak's y 100 de opio, lo cual me lleva a deducir: un armita para Gustavo y otra para Emilio - dijo mientras acomodaba el espejo retrovisor para observarme directamente

- y la droga Sherlock Holmes?

- déjame acabar - gritó - la droga? intercambio para la rana gustabo, tal vez?

- Luego dice que yo leo teorías conspirativas. Usted se está escuchando? Yo solo veo suposiciones y ninguna prueba.

- tenemos lo que confiscamos - dijo rápidamente para hacerme callar, sabía que estaba en lo correcto

- pero no hay nada que me una con eso, no lo entiende? - aparcó dentro de la comisaría... Ahora debía actuar mucho mejor. Sus "perras" seguramente estarían con el en mi detención.

- Tu pasado, Gustabín, tu pasado pesa más de lo que crees - dijo para dejarme solo dentro del patrulla, con la intriga y la adrenalina que me había causado el momento. Bajó y dió un portazo que acabó con nuestra conversación.

Como esperaba ahí estaba  Volkov, siempre fiel y leal, literalmente parecía un perro, sin opciones de liberarse de sus correas y mojarse libremente en los charcos de la ciudad. Lo observé un rato, con su uniforme impecable le prestaba atención al de traje, quien seguramente le estaba dando un panorama de la situación. Sé cómo piensa Conway, debe pensar que mientras más testigos de lo que aquí ocurra mejor. Hubo un momento en que se separó del resto y hablo por radio, la interferencia de los coches que pasaban cerca con la prisa que caracterizaba a esta gran ciudad no me permitió escuchar más que un: "muevete, muñeca, te estamos esperando"

En un segundo me encontré de frente con Volkovquien me sacó del coche y me cachó. Hacia mucho que no ponía nervioso al ruso... Tal vez ya venia siendo el momento

- Oiga, oiga, cuidadito con esas manos. Tienen vida propia o qué? - dije falsamente exaltado al revisar el comisario los bolsillos de mi ancho pantalón.

- Tonterías las justas, Gustabo - su respuesta me heló, siempre tan frío cómo siempre.

Nunca comprenderé que le ve Horacio a este bloque de hielo ruso. Él es tan activo, extrovertido y divertido, en cambio el ruso es todo lo opuesto. Eso sí puede que tengan varias cosas en común, ¿podrían considerarse dos caras de una misma moneda? Ahora que lo pienso tal vez la intriga por él, su caracter reservado, es lo que le llama la atención a mi hermano

- No siento tenía, comisario. Soy un hombre lisiado - dije mostrando mi hombro, con solo este jesto me comenzaba a doler un poco. Ahora que lo recuerdo ya viene siendo hora de limpiarlo...

Poco le importaron mis palabras. Me tomo y escoltó hacia la puerta trasera de comisaría para ingresar a lo que supongo será un largo y entretenido interrogatorio.

Al estar un observando las hermosas vistas de la pared sin acabar de la valla de la Comisaría de lo Santos, el hogar de Jack Conway, no pude percatarme que se había sumado a la escena un nuevo agente encapuchado. Reconocía ese pasamontañas, pero sin dudas lo que de verdad lo identificaba era un mechón de cabello rojo rebelde que se lograba ver muy sutilmente por uno de los agujeros de pedazo de tela. Sin dudas era Horacio, o más bien el subinspector Dan

 Sin dudas era Horacio, o más bien el subinspector Dan

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Bien... Bien... Sé que hace más de un año de la última actualización. Sinceramente no diré que todo fue por mis estudios ni otros temas de mi vida personal, me había olvidado un poco de la historia. Pero hoy tuve un "arranque de imaginación" y revise la app y volví a reencontrarme con este texto. Sé que el capítulo es algo corto pero no podía dejar pasar más tiempo.

Considero que continuarla será un buen pasatiempo y tal vez pueda resolverme algunas dudas sobre mi futuro profesional. Sin más aprovecharé todo lo que pueda para escribir. Espero les guste el desarrollo de la historia. Pronto tendrán más,

YailySG💙

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⏰ Última actualización: Jul 04 ⏰

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Fragmentado (Gustabo García)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora