Gustabo no esta bien, y eso se nota. Pero, que le sucede? Cómo podemos ayudarle? Por qué hace esa cosas? Por qué no se acuerda de ciertos eventos? Por qué trata de auto destruirse?
Sus vivencias, no son fáciles de olvidar. Su pasado, es una mochila...
- Todo bien, Gus. Pero, sabes, esa comisaría es muy aburrida sin tí - me miro a los ojos, aprovechando que estaba en un semáforo.
- El súper me contó sobre qué ya estás empezando con lo que nos pidió. No crees que es muy pronto?, Digo, acabas de salir del hospital por eso lo digo.
- Te entiendo, pero algo tendré que hacer mientras vosotros atrapais ladrones, no? - le hable con amabilidad.
- También es cierto, que bueno que ya no te guste vaguear - me sonrió, mientras yo ponía cara de dolido
- Bueno, que espero que me lleves al KFC de siempre, tengo antojo de un buen pollo - mire hacia el camino, observando como la ciudad se detenía ante la inminente llegada de la lluvia, quien lo diría, una ciudad tan grande y le teme a la lluvia.
- Bueno, yo voy a dónde tú estes bien, Gus.
Fueron unos minutos más de silencio hasta que llegamos a nuestro destino. Mientras Horacio aparcaba yo camine hacia el establecimiento y me ubique en una de las mesas disponibles. Luego se me unió Horacio.
- Hacia mucho que no veníamos, Gus - dijo sentándose en la silla
- Si.. hace como 7 meses? - dije dudoso
- Si.. pudiera ser -
Llegó un chico para anotar nuestro pedido, era un chico muy amable al parecer, se notaba que si que le gustaba su trabajo, escuchaba con una sonrisa hipnotizante los pedidos como si fuese lo más interesante del mundo
Mientras Horacio pedía su comida mi mirada se dirigió a una persona que se encontraba en el mostrador del lugar, no muy lejos de nosotros. Otra vez, Segismundo... Trague en secó y acomode mi gorra, no quería que me reconociera e hiciera un escándalo, como el de hace un rato.
Cuál es la posibilidad de que te encuentres con la misma persona 2 veces en el día después de tanto tiempo? El mundo es un pañuelo.
- Gustabo? - escuché a Horacio llamarme
- Que? - respondí casi al instante
- Te decía que hoy Vokov, no paraba de mirarme.. crees que me descubra.. o crees que le guste? - le mire a los ojos, se veía algo de ilusión en ellos
- eh.. dudo que le gustes Horacio, recuerda lo que pasó hace 6 meses, si no quiso contigo, por qué iba a querer con alguien del cual no conoce ni la cara?
- Es.. cierto ahora que lo dices...
- Oye, pero y que hay con ese Doctor de ayer? - le puse ojos coquetos - ese tattoo resalta su mandíbula, se ve muy sexy, creo que después de verle deje de ser asexual.
- ou.. Claudio? Solo somos amigos - sonrió inocente
- Ajá.. amigos con derecho a roce - dije susurrando pero de manera que él pudiera escuchar
- Gustaboooo! - gritó llamando la atención de todos en el lugar.. incluído el de.. el chico de largos cabellos azabaches, el cual volteó su rostros con disimulo y me dió una mirada retadora antes de salir por la puerta.
Un escalofrío recorrió mi columna, esos ojos, que tanto me había querido y admirado hace algún tiempo, ahora me odiaban, era un odio que mi siquiera podía evitar mostrar. Tampoco culpaba a Segismundo, tal vez, si no me hubiese vuelto loco aquel día, las cosas serían muy diferentes, pero como dicen por ahí, El Hubiera No Existe.
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