El lenguaje de las flores. [manjiro & haruchiyo)

5. Margarita rosa

Margarita rosa (ピンクのデイジー): Amor tímido
o inocente.

— Akashi, ¿Puedes encargarte del área de fisioterapia? — preguntó el doctor a cargo del grupo de estudiantes.

— ¿Infantil? — el hombre asintió — Iré en un momento.

— Muchas gracias, sé que no era parte del cronograma.

Haruchiyo terminó de rellenar unas últimas hojas de expediente de pacientes, era una tarea mucho más cansada de lo que parecía. Dio un sorbo al café que compró hacía cinco minutos en la cafetería del hospital y terminó de llenar el último campo del último expediente. Acomodó los papeles perfectamente dentro de una carpeta negra y suspiró, estaban por ser las 22:00, demasiado trabajo para alguien que despertó con el cuerpo adolorido después de dormir en un auto por casi seis horas.

Izana estaba haciendo sus prácticas en el área de quemaduras, mientras que Kakucho estaba descansando en el hotel porque sus prácticas eran en la madrugada para su mala suerte. Luego los tres tendrían prácticas en el área de neurología al día siguiente.

Entregó la carpeta a la amable recepcionista que lo había estado ayudando desde que llegó, se despidió con una sonrisa e hizo su camino hasta el elevador. Presionó el botón con el número veinte y dio otro sorbo a su café, el estómago le dolía porque aún no había probado bocado desde el desayuno en la casa de los Sano, Izana probablemente estaba igual. El plan era comer en cuanto llegaran a Kioto, pero se enteraron de que las prácticas comenzarían una hora antes de lo previsto, así que no les dio tiempo de almorzar; Kakucho los dejó en el hospital y luego se llevó el auto de Haruchiyo.

Las puertas del elevador se abrieron y las miradas curiosas de varios niños lo recibieron. Haruchiyo dio su mejor sonrisa y comenzó a avanzar por el pasillo hasta encontrar a alguien que pudiera darle indicaciones.

— ¿Akashi-san?

Miró hacia atrás, encontrándose con Akane Inui, la hermana mayor del novio de Kokonoi.

— Akane-san, no sabía que estabas trabajando en este hospital.

— Soy la doctora a cargo de esta área — sonrió con dulzura — ¿Eres parte del grupo de practicantes que vino esta tarde?

— Sí, así es. El doctor Yamamoto me pidió que ayudara en esta área.

— Oh, sí, estamos algo cortos de personal esta noche. Siento quitarte tu valioso tiempo de descanso.

Ambos comenzaron a caminar por el pasillo. Akane llevaba un uniforme violeta con una bata blanca encima, su cabello estaba atado en una coleta alta y no llevaba ningún tipo de joyería, contrario a varias de sus compañeras que incluso estaban maquilladas. Ella sostenía una tableta metálica con algunas hojas encima, aparentemente eran expedientes de los niños del área.

Haruchiyo sabía —gracias a Kokonoi— que Akane y Seishu no se llevaban muy bien, tanto que ella tuvo que mudarse a otra ciudad, pero nunca se esperó encontrarla en ese hospital. Las pocas veces que había hablado con ella, pensó que era muy agradable.

— Puedes ayudarme con esta habitación, es un niño de ocho años que está paralítico — le pasó el expediente —. Fue un accidente automovilístico bastante grotesco, regresaba de la escuela con su mamá.

— ¿Ella está bien? — preguntó.

— Sí, su recuperación fue rápida, pero el niño se llevó la peor parte. Haremos unos cuantos ejercicios con él antes de dormir y luego puedes llenar un informe, tu última tarea será recoger los instrumentos del gimnasio.