12. Lirio amarillo

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Lirio amarillo (黄色いユリ): Amarte me hace feliz

Manjiro despertó sobresaltado, ahogando un jadeo de dolor cuando sintió el cuerpo de su hermana caerle encima, oyéndola decir algo.

— ¡Feliz cumpleaños, Mikey!

Abrió los ojos, dejando de lado la falta de aire producida debido al peso inesperado sobre su estómago. Se encontró con los rostros felices de sus hermanos y Wakasa, todos sonrientes y con un pastel a la vista. Sí, era su cumpleaños. Se dejó mimar por los cuatro, explotando en risas de alegría, amaba su cumpleaños, era importante para él y todos a su alrededor lo sabía, por eso hacían de ese día un gran evento.

Lo primero en la agenda era el desayuno familiar, al que por supuesto, Ken Ryuguji también fue invitado, así que no se sorprendió de verlo en el marco de la puerta de su habitación, observando con gracia como sus hermanos estaban arrebatándole la respiración con tantos abrazos. El rubio no se hizo esperar más y se adentró en la habitación, golpeándole la frente con dos de sus dedos, sonriendo después.

— Feliz cumpleaños, Mikey. — dijo, y le extendió una caja azul de tamaño mediano que no notó que estaba cargando.

— Gracias, Ken-chin — susurró, mirando con emoción la caja —. Lo abriré ahora.

Por alguna razón, las manos le estaban picando de la emoción, así que no tuvo cuidado al desenvolver el regalo, rasgando el papel azul. Abrió la caja de cartón con ansias, y no pudo hacer nada más que abrir la boca con asombro.

Era una motocicleta pequeña.

— Una CB250T... — exclamó sorprendido.

— ¡Woah, los detalles son increíbles! — dijo Shinichiro, observándola con detenimiento.

— Yo la hice — admitió con orgullo —. Sé que no es una real, pero supuse que te gustaría.

— ¡Por supuesto! — dijo feliz — ¡Muchas gracias!

Después de eso, todos bajaron a la primera planta, donde el desayuno familiar ya los estaba esperando. Manjiro comía emocionado, dando brinquitos y riendo constantemente, y para todos los presentes eso era como un regalo, porque no siempre podían verlo de esa forma. Manjiro —a pesar de su afeminada forma de vestir— solía ser un tipo rudo y serio que se ganó el respeto y temor de la universidad entera, así que verlo actuar de esa forma sería sorprendente para cualquier otro desconocido.

Wakasa colocó el pastel pequeño en la mesa, era cuadrado, extremadamente diminuto, era de color blanco en su mayoría, pero se dejaba ver el relleno de lo que —asumía— era chocolate, con dos galletas encima. La boca se le hizo agua de inmediato y volteó a ver al mayor como pidiéndole permiso de algo.

— Calma, mocoso — dijo sonriente, colocando una vela encima —. De acuerdo, este es tu primer pastel de cumpleaños, sólo para ti, ahora se un buen chico y pide un deseo.

Aplaudió feliz cuando Izana encendió la vela, todos estaban a la espera de su deseo. Les sonrió a todos con emoción y un minuto después, la vela se apagó.

Estaba realmente emocionado, tanto que ni siquiera notó cuando sus hermanos se levantaron a recoger los platos sucios, ni cuando Wakasa salió un momento sin decir a dónde. Se quedó con su mejor amigo en el comedor, Ken lo observaba con cierta preocupación en su mirada, aunque Manjiro poco lo notó debido a que estaba demasiado concentrado en saborear el pequeño pastel.

— Mikey.

— ¿Hmmm?

— Haruchiyo Akashi... ¿No viene hoy?

El lenguaje de las flores. [manjiro & haruchiyo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora