14. Nenúfar

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Nenúfar (スイレン): Pureza de corazón.



Manjiro despertó minutos antes de la medianoche, completamente desorientado. Parpadeó un par de veces antes de poder acostumbrarme a la luz en la habitación, y fue entonces cuando notó que estaba siendo abrazado por Haruchiyo, y que él anteriormente había estado durmiendo sobre su pecho.

Se levantó cuidadosamente, haciendo su mayor esfuerzo para no hacer movimientos bruscos que pudieran despertarlo hasta que finalmente logró zafarse de su agarre. Al estar fuera de la cama decidió estirarse mientras caminaba en dirección a la cocina, pues ahora que todos los problemas entre ellos habían sido resueltos, el hambre lo había atacado de golpe, ni siquiera recordaba cuándo había sido la última vez que había comido algo.

Honestamente, la cocina no se le daba muy bien, así que encontrar una caja de pizza en el refrigerador le supo como un milagro, por lo que no perdió tiempo en calentar tres pedazos y comenzar a comer tan pronto el microondas se apagó.

Manjiro se sentó en la sala con las piernas cruzadas. Notó que Haruchiyo había hecho ciertos cambios en el apartamento, por ejemplo, ahora el sofá de cuero blanco estaba situado justo al lado del enorme ventanal que dejaba ver una exquisita vista de la ciudad. La luna resplandecía casi tanto como las luces de los edificios lo hacían, así que no tuvo necesidad de encender las lámparas alrededor de la sala. Sorprendentemente, Manjiro se sentía totalmente cómodo en el apartamento, y quizás eso se debía a que Haruchiyo lo presentó como algo de ellos, ese era tanto su hogar como el de Haruchiyo.

Después de la conversación con su ahora novio, todas las dudas que lo habían estado atormentando disminuyeron considerablemente, y tenía la certeza de que si le preguntaba algo a Haruchiyo él lo respondería con sinceridad, lo cual era un alivio.  Por fin sentía que ambos estaban en la misma página, y eso significó un peso menos encima de sus hombros.

— Si tenías hambre debiste despertarme, habría cocinado algo para ti, bebé.

Miró hacia arriba, específicamente al barandal de vidrio templado en el segundo piso. Haruchiyo estaba apoyado sobre éste, con una de sus manos sosteniendo su rostro junto a una sonrisa dulce. El rubio no perdió tiempo en bajar hasta la primera planta, se sentó en el sofá y jaló a Manjiro hasta sentarlo en su regazo, sonriéndole en el proceso.

— No quería despertarte. — dijo, terminando el último trozo de pizza.

— Espero que la pizza que Koko compró hace dos días haya sido de tu agrado.

— Lo fue. — ambos rieron.

— Ahora que tienes el estómago lleno regresemos a la cama, nos espera un largo día.

— De acuerdo.

— Bien, sube primero, lavaré tu plato y beberé un poco de jugo antes de ir a dormir. — dijo y besó su mejilla sonoramente.

Manjiro obedeció de inmediato, de paso pensó en cambiarse de ropa a una pijama, pues dormir con jeans era realmente incómodo. Tan pronto estuvo en su habitación de nuevo se dirigió al enorme walk-in clóset, dispuesto a encontrar una pijama lo suficiente cómoda y que también lo protegiera del frío. Sin embargo, una de aquellas bolsas que habían traído aquel día en el que fueron de compras llamó su atención.

Abrió una de las puertas de cristal y se agachó para revisar el contenido de la bolsa, casi atragantándose segundos después. Por supuesto, era la maldita falda que había comprado.

En ese momento, no tenía idea de qué demonios estaba pasando por su cabeza, pero antes de que pudiera recuperar la razón, la prenda ya estaba deslizándose por encima de sus muslos con cierta anticipación. Giró sobre sus talones para poder verse en el espejo de cuerpo completo, relamiendo sus labios al ver sus piernas tan desnudas. El suéter negro tampoco era demasiado largo, de hecho era de estilo crop top y eso lo hacía avergonzarse aún más, lo mejor que podía hacer era cambiarse de ropa antes de que Haruchiyo lo viera.

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2023 ⏰

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El lenguaje de las flores. [manjiro & haruchiyo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora