Capítulo XXXIII

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Theo sigue observándome mientras Jackson trata de tomar mi mano disimuladamente. Tengo que apartar mi mano y verlo de una manera no muy agradable para encontrarme con confusión por todo su rostro.

—Vámonos de aquí—murmuré sin ver al hombre parado frente a mí.

No quería darle un escándalo a Theo, ya que eso es lo que siempre busca. Todo estaba a punto de irse a la mierda. Ocultar a Jackson ya no sería tan fácil como antes y este suceso solo me recordaba que debía irme de mi país cuanto antes.

Theo no decía nada, simplemente nos observaba con las manos en los pantalones y la sonrisa ladeada que siempre usaba para desarmarme cuando sabía que eso me ponía nerviosa.

—Emma, yo he visto...

—Nos vamos, ya vimos suficiente—dije con la garganta seca.

—Emma, ¿te sientes bien? —preguntó mi novio preocupado y cuando trató de tocarme, aparté su mano rápidamente. Él me observó con el ceño fruncido antes de apretar los labios.

—Quiero salir de aquí.

Estaba sudando, ya sentía la frente húmeda, las manos heladas y resbalosas, las piernas temblorosas y las palabras estaban atoradas en mí. Sin duda mi ex novio estaba pisándome los talones, espiándome y por mucho que yo tratara de ser discreta y privada, no podría serlo en esta ciudad que era básicamente suya.

No estaba segura en Nueva York. Mi hogar no era seguro gracias a él y ahora mi novio tampoco. Prácticamente lo acababa de poner en la mira.

Los ojos cafés que algún día me hicieron sentir como la más especial y la más mala al mismo tiempo, ahora veían fijamente a Jackson. Lo escaneaban de pies a cabeza. La mueca en sus labios fue de evidente desagrado, en especial cuando llegó a una de sus manos que se ocultaba atrás de mí.

Por mucho que quisiera que Jackson se alejara en estos momentos, el pequeño contacto de su mano en mi espalda me estaba tranquilizando.

—Creo que lo he visto—susurró Jackson y lo vi con intención de presentarse. Abrí la boca, las manos me temblaron y mis piernas flaquearon.

No necesitaba la educación de mi novio en este momento. No quería si quiera que Jackson pensara en él. quería ponerme frente a él y alejarlo lo más que pudiera de Theo.

—No lo creo—murmuré, tirando de su brazo para irnos al helicóptero y que los de seguridad se encargaran de seguirlo.

—¿A mí? —preguntó Theo con burla. Vio con desprecio a Jackson, quien se tensó—. Lo dudo mucho. Jamás te he visto. Nunca.

Jackson hizo una mueca y me vio de reojo confundido.

—Vámonos. Es hora—dije firme.

—Claro, cariño.

Esa palabra fue todo para que Theo apretara la mandíbula. Abrí la boca y tiré de Jackson lo más fuerte que pude.

—¿A dónde van? Podemos ver este lugar juntos—ofreció Theo, caminó en mi dirección, pero se detuvo lo suficiente para que yo no perdiera la cordura. Apreté el brazo de Jackson, llamando su atención—. Es un gusto volver a verte, Emma. Ambos competimos por este lugar y es divertido, ¿no? Ganará el mejor.

Él rio como si eso fuera divertido.

—¿Se conocen? —preguntó Jackson y Theo asintió de inmediato.

—Soy Theodor—respondió, pero por fortuna no le tendió la mano a Jackson, quien lo veía con una ceja alzada ante su arrogancia.

—Es un conocido—me apresuré a decir, tratando de que caminara. Mi novio apretó los dientes y asintió.

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