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El sol calentaba mi piel, dejando una capa ligeramente bronceada en mi cuerpo.
Las olas chocaban con las pequeñas rocas a la orilla, los gritos de los niños corriendo de un lado a otro. Mientras que yo disfrutaba la hermosa vista que me regalaba la playa.
Mi trabajo como guardavidas me gusta mucho, claro que es un responsabilidad muy grande; salvar a las personas. Con todo el tiempo que trabajo aquí se diferenciar los gritos, si son de diversión o de auxilio.
No pasaba desapercibida, eso decían mis amigas. Según ellas tenía un despampanante cuerpo, pero yo les decía que era su imaginación.
Decidí ir por algo de tomar, no me llevaba ni dos minutos. Me acerque a un pisto donde vendían piñas coladas. Pedí una sin alcohol.
Antes de que pudiera agarrar mi bebida, escuche a un chico. Las olas lo estaban arrastrando. Me apresure por un aro y me monte a la moto acuática en dirección a aquel sujeto.
Llegue y le lance el aro. Ya no podía más y tuve que saltar al agua y ayudarlo, era muy musculoso, apenas pude subirlo y una vez en la moto acuática nos dirigimos a la orilla.
Lo ayude a bajar y lo recosté en la arena, cheque su pulso, sus pupilas seguían bien y por fin hablé.
—Hey, mírame —sus ojos azules y uno tenia una pequeña mancha color marrón en su ojo izquierdo me miraron— ten cuidado para la otra, ¿necesitas algo?
Sacudió su cabeza y sin más me fui.
Logre ver que el regresaba por sus cosas, y se acostaba en la silla logrando que todos sus músculos se estiraran.
Después de una jornada de trabajo bajo el sol y cuidar de las personas, llego la hora de ir a descansar. Guardo todo mi equipo y fui directo al estacionamiento dónde dejé mi Jeep. A tres carros a la izquierda vi al joven que salve en la tarde. Sintió mi mirada e hicimos contacto visual.
—Hola de nuevo —se acerco.
—¿Cómo sigue?
—Ya estoy mejor pero háblame de tu, me siento más viejo si me dices así —soltó una risa.
Asentí y cerré la cahuela.
—Vengo a agradecerte por salvarme, perdí mi cámara y pensé que podía encontrarla, ea ahí la razón que me llevaron las olas.
—Lamento que perdieras tu cámara.
Estaba por subirme pero me detuvo.
—Y también vengo para preguntar algo —me miro— ¿Te gustaría salir conmigo?
Note su nerviosismo y solté una pequeña risa llamando su atención.
—Perdón por reírme, pero si, si me gustaría salir contigo.
Me subí a mi jeep, busque un papel y bolígrafo para anotar mi número y se lo di.
—Nos vemos fortachón.
Sin más me fui, llegue a mi casa y tenia una ganas inmensas de bañarme. Prepare el agua y me despoje de toda prenda que me cubría, entre y me tome mi tiempo.
Salí envuelta en mi toalla, estaba por prender la televisión pero mi movil sonó. Un mensaje del fortachón.
—Por cierto, me llamo Henry.
Sonreí al leer el mensaje, guarde su número como "Fortachón Henry". Me alegra haberlo salvado.
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Aquí la primera historia con Henry, mañana subiré otro. Me ayudarían mucho si votarán y dejaran un comentario. Nos leemos🤍
