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Tercera parte del 03.

La mesa ya estaba lista, solo era cuestión de tomar asiento. Me tome la libertar de servir pero Henry se adelanto y lo hizo él.

Me sentía incómoda como si la comida no me pasara, quería regresarlo pero no podía. Tania me miraba de vez en cuando, solo me sonreía u seguía concentrada en la platica que le hacia Chris, de donde se conocieron y cuanto llevaban juntos. Me sorprendió al escuchar que solo llevaban un mes y medio, pero no dije nada.

—Has estado muy callada Lana, ¿todo en orden? —preguntó Chris.

—No te preocupes, estoy bien.

Sentí una mirada profunda hizo que el cuerpo se erizara. Levante la mirada y me veía directamente, de vez en cuando su vista viajaba a mi pecho y quería que me llevara cargada hasta la cama y me arrancara el vestido, pero por más que quisiera que eso pasara no podría hacerlo, menos ahora que él tiene pareja.

La noche paso entre anécdotas de Chris y Henry, su vida de solteros y esas cosas, de vez en cuando Tania hablaba para convivir con ellos, y yo, solo respondía si me preguntaban algo.

Fui a la cava donde tenemos cualquier tipo de vino, se encontraba en la parte de abajo de la casa, donde se suponía tendría que estar el sótano. Me sentía ansiosa, después de tanto tiempo sin verlo quería lanzarme a su musculosos brazos y su aroma que me encanta.  La botella estaba muy abajo, de repente sentí a alguien detrás mio, mi trasero quedo justo en su entre pierna. Supuse que Chris me había seguido y me restregué en él, su mano agarro mi cintura y me pego más a él, un ligero jadeo salió de mi boca.

—Extrañaba tus jadeos querida

Esa voz, abrí los ojos como plato, me enderece y me voltio, cara a cara después de dos años. Su aliento a alcohol y su perfume me encantaban.

—¿Qué haces aquí? Podrían vernos —dije cerca de su rostro.

—Nadie vendrá, Chris y Tania están ebrios, se quedaron dormidos en el sofá —examino mi rostro— así que continua, quiero escuchar tus jadeos de nuevo.

Lo empuje.

—No, no puedes venir aquí despues de dos años y aparentar que nada paso —lo mire.

—Tu fuiste la que decidió abandonarme, yo hizo lo imposible para que no lo hicieras —suspiro— este tiempo me sentí mal, decidí mudarme a Nueva York, pero por más que lo intentaba no podía olvidarte, tus besos, tus caricias y tus gemidos cuando que follaba...

No lo deje terminar, lo bese, después me arrepentiré pero quería hacerlo y lo hice. Se sorprendió pero de inmediato me correspondió el beso, un beso apasionado, sus manos vagaron por mi cuerpo, mi intimidad se estaba humedeciendo, me apretó el trasero sacándome un jadeo.

—Te extraño Lana —se alejo unos centímetros— vámonos, deja a Chris y vayámonos a algún lugar lejos y vivamos juntos. Solo contigo quiero estar.

Quería gritarle que si, pero recordé algo.

—¿Y tú novia?

Soltó una risa nerviosa.

—En realidad es una amiga, y le dije que fingiera ser mi novia —no lo podía creer— ella conoce la historia de nosotros y estaba mas que dispuesta para poder reconquistarte.

¿Celos de a gratis ?

—¿Estabas celosa querida? —se acerco.

—¿Lo dije o lo pensé?

—Lo dijiste, así que mi plan funciono.

Me apretó hacia él y me dio una nalgada, el sonido de su mano chocando con mi nalga se escucho por toda la cava.  Acordamos vernos en otro lugar; un hotel.  Pero no acordamos el día. Así termino esta cena, Henry se fue, y cargo a Tania al auto. Se perdieron entre las calles. En tanto Chris, lo deje en el sofá y me fui a mi habitación, me acoste con una  enorme sonrisa.

Pasaron los días y me llegaban mensajes de un número desconocido, sabía que era Henry. Me decía los buenos días, o me preguntaba si ya había comido, cosas así y me gustaba que se preocupara por mí. Chris llegaba tarde del trabajo y me preocupaba, no sabía si estaba aún en el edificio, con sus amigos o ya venia. Trataba de esperarlo pero al final siempre me ganaba el sueño. 

Tocaba ir con mi psicóloga, le platique lo que sucedió hace un unas semanas, el como me sentía y como reaccione ante la presencia de Chris, si lleve la situación como un adulto o si me deje llevar por mis impulsos. Fueron ambas, porque no le puse un alto cuando estábamos en la cava. Pero fue todo, así concluyó mi sesión. Esa misma noche Chris ya me esperaba en la casa, había velas que alumbraba un camino hacia nuestra habitación, con pétalos rojos en el suelo: era sensacional.

—¿Qué es todo esto? —pregunte com una sonrisa.

—Quería darte una noche especial y esperar que me perdonaras por llegar tarde estos últimos días cariñoso —se acercó lentamente con una sonrisa pícara.

Asentí. Me dio un beso lento, quería que ese momento se quedara guardado siempre en mi mente. El beso se volvió más apasionado y lleno de lujuria, la ropa comenzó a estorbar, de un momento a otro ya estábamos desnudos sobre la cama. Deslizó su glande separando mis labios ya empapados haciéndome jadear, de un momento a otro entre de un golpe y escuché sus gruñidos.

—Tan apretada como siempre — me beso el cuello.

No podía responder, sus embestidas era firmes y profundas, su mano se deslizó hasta mi clítoris, empezó a hacer círculos lentos, mi orgasmo se estaba aproximando pero el retiro  su mano antes de que me corriera.

Sentí como se tensaba y aceleraba sus movimientos, acerque mi mano a mi botón ya hinchado y empecé a masajearlo con rapidez, terminé empapando a Chris, minutos después el se corrió adentro soltado un fuerte gruñido.

Al día siguiente él ya no estaba en la cama, se había ido a trabajar. Decidí hacer mi rutina como siempre y después de eso baje a desayunar. Me llegó un mensaje, era Henry.

"¿Nos vemos hoy en la noche para cenar?"

Respondí en donde.

“Yo pasaré por ti, ponte hermosa como siempre querida”

Una sonrisa se formó en mi rostro, sentí "esas mariposas" en el estómago, como la gente dice. En el transcurso de la tarde me marco Chris diciéndome que llegaría hasta el día siguiente. Le dije que no se preocupara y colgó. Llego la noche y me arregle, un vestido negro abajo de la rodilla, algo flojo, una coleta alta y unos tacones que hacen juego y por último mi maquillaje natural. Y como dijo, pasó por mi en un increíble deportivo.

Nuestra cena transcurrió entre risa, anécdotas y nuestro pasado, me llevó a un hotel muy lujoso, pasamos la noche teniendo mucho sexo y era algo  que extrañaba, me gustaba como lo hacía Chris pero, Henry era algo maravilloso.

Fue la mejor noche que tuve, sin mencionar los increíbles orgasmo que me dio.

Pasaron dos semanas desde que vi a Henry. Con Chris se estaba distanciado un poco por su trabajo, pero no decía nada para no molestarlo.  Prepare mi desayuno, era sábado y me dieron unas ganas inmensas de hacer pollo con verduras. Saque todo lo que necesitaba, mi platillo se veía delicioso. Hiba a la mitad, cuando un pedazo de pollo no se cocino bien, pude ver algo de sangre y fui corriendo al baño, regrese todo.

Después de eso me sentía muy cansada, y me dolían los senos. Fui a la tienda a comprar algunas cosas, pasé por el pasillo de pruebas de embarazo y en mi mente solo había una razón por que vomite. Agarre varias, las pague y trate de llegar lo más rápido a casa y fui directo al baño.

No podía estar embarazada, siempre me cuido. Maldije y recordé que me acosté con los dos. No era posible.

Paso el tiempo y ya las tenía.

—Carajo, estoy... Embarazada...

¿Quieren siguiente parte?

Leeré sus comentarios🤍

𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠 | 𝐻𝑒𝑛𝑟𝑦 𝐶𝑎𝑣𝑖𝑙𝑙 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora