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Segunda parte del 07.

El viento frío del amanecer se filtraba por las rendijas de la vieja taberna, mientras los primeros rayos de sol apenas iluminaban las calles empedradas. Los eventos de la noche anterior aún resonaban en la cabeza de Alice, quien yacía en la cama, envuelta en la manta gruesa que Geralt había colocado sobre ella antes de salir. Había prometido que no se alejaría de ella, que se irían juntos, lejos de ese lugar, pero una sombra de incertidumbre se cernía sobre su corazón.

El joven trovador que había interrumpido su momento con Geralt seguía presente en su mente. Había algo en su mirada, un destello de preocupación que no había podido ignorar. Y Geralt... ¿Qué era lo que había hecho? La preocupación por lo que pudiera haber ocurrido se mezclaba con la emoción de finalmente estar con el hombre al que había esperado durante tanto tiempo.

La puerta de la habitación se abrió lentamente, y Geralt entró en silencio. Su expresión era grave, sus ojos ambarinos recorrieron la habitación hasta posarse en ella. Alice sintió una punzada de nerviosismo, pero lo disimuló, sonriendo al verlo regresar.

—¿Está todo bien? —preguntó, sentándose en la cama, la manta deslizándose un poco, revelando sus hombros desnudos.

Geralt asintió, pero su rostro no mostraba ninguna señal de tranquilidad. Se acercó a la cama y se sentó a su lado, tomando su rostro entre sus manos ásperas y callosas.

—Tenemos que irnos —dijo, su voz era baja y firme—. Ahora.

Alice lo miró con una mezcla de sorpresa y preocupación. Habían hablado de irse juntos, pero la urgencia en sus palabras le indicó que algo andaba mal.

—¿Qué sucedió, Geralt? —preguntó, colocando su mano sobre la suya, buscando algún tipo de consuelo.

Él la miró fijamente, como si estuviera debatiéndose internamente sobre cuánto debía contarle. Finalmente, suspiró y apartó la mirada.

—El joven trovador... Jaskier, es su nombre. Se metió en problemas, y ahora lo buscan. A él y a mí. Si nos quedamos, los matarán a todos en la taberna, incluidos nosotros.

El corazón de Alice dio un vuelco. Había escuchado historias sobre los enemigos de Geralt, sobre los cazadores de monstruos y los nobles que pagaban fortunas por su cabeza. Sabía que estar cerca de él significaba peligro, pero no había considerado que el peligro llegara tan rápido.

—¿A dónde iremos? —preguntó, intentando mantener la calma.

—A un lugar donde no nos sigan —respondió él, su tono sombrío—. No puedo prometerte seguridad, Alice. Pero sí puedo prometerte que estaré contigo.

Alice asintió, sin dudarlo ni por un segundo. Había esperado demasiado tiempo por este momento, y aunque las circunstancias no eran las ideales, la idea de estar junto a Geralt la llenaba de determinación. Se levantó de la cama y comenzó a vestirse rápidamente, su mente ya planeando lo que necesitaba llevar consigo.

Geralt la observó en silencio, admirando su resolución. No era común encontrar a alguien dispuesto a arriesgar tanto por estar con él. La vida de un brujo no era fácil, y aún menos lo era para aquellos que se involucraban con ellos. Pero Alice no parecía temerle al riesgo, y eso lo hacía sentir una mezcla de admiración y culpa. Sabía que no merecía su devoción, pero no podía evitar desear tenerla a su lado.

Cuando estuvieron listos, Geralt tomó la mano de Alice y la guio hacia la salida de la taberna. Jaskier ya los esperaba afuera, con su laúd a la espalda y una expresión de preocupación. Al ver a Geralt y Alice salir juntos, esbozó una sonrisa nerviosa.

—Me alegra ver que estás bien, Alice —dijo el trovador, aunque sus ojos mostraban una mezcla de culpa y alivio.

—¿Por cuánto tiempo podremos huir, Geralt? —preguntó Alice, mirando al brujo.

—El tiempo que sea necesario —respondió él, con una determinación fría en su voz.

Los tres comenzaron a caminar por las calles vacías, alejándose de la taberna que había sido testigo de tantas noches de espera y deseo. Alice sabía que su vida iba a cambiar para siempre, pero no sentía miedo. Geralt estaba con ella, y eso era todo lo que importaba.

Mientras el sol se levantaba en el horizonte, bañando el mundo en tonos dorados, Alice sintió que, finalmente, había encontrado su lugar. Y aunque el camino que tenían por delante estaría lleno de peligros y desafíos, no lo recorrería sola.

Por primera vez en mucho tiempo, se permitió sentir esperanza. Por fin estaba junto a Geralt, y nada ni nadie podría separarlos ahora..


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Después de mucho pude terminar la segunda parte de "07" y espero les guste mis queridos lectores 🤍

𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠 | 𝐻𝑒𝑛𝑟𝑦 𝐶𝑎𝑣𝑖𝑙𝑙 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora