"Incluso si llego a caer otra vez cometiendo el mismo error, no importa si quedo cubierto de lodo, creo en mí mismo porque soy un héroe."
Un ataúd por puerta, un gato que habla, un espejo mágico y un cuervo incompetente, vaya l...
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Para cuando las puertas se abrieron, Anya pudo observar un gran grupo de jóvenes, todos tenían el mismo uniforme que ella y sin dudas parecían más emocionados al hablar entre ellos, la de cabello cobrizo contó al menos siete grupos grandes de estudiantes, eso sin dudas le distraía del nerviosismo que tenía ¿Qué se suponía que seguía?
—¿Ya todos fueron asignados a sus dormitorios?— una voz autoritaria resonó, venía de un chico bajito con el cabello rojo—. Escuchen, estudiantes nuevos, el dormitorio Heartslabyul tiene una serie de reglas que deben seguir al pie de la letra, aquel que se atreva a romper una de ellas, perderá la cabeza.
—Por fin se terminó la ceremonia— uno mucho más perezoso que el primero, comentó—. Démonos prisa y volvamos a nuestros dormitorios, Savanaclaw, síganme.
—A los nuevos estudiantes, felicidades por su inscripción a esta academia, deseo que todos puedan tener una experiencia escolar satisfactoria— un muchacho de gafas dijo, pero algunos tuvieron escalofríos al oírlo, no les parecía que sus palabras correspondieran con sus verdaderos pensamientos—. Daré lo mejor de mí como su líder de dormitorio Octavinelle.
—A todo esto ¿A dónde ha ido el director? Se ausentó toda la ceremonia— otro rubio con puntas lilas preguntó, cruzado de brazos.
—Abandonó sus deberes— alguien habló de manera tenebrosa desde una tableta que parecía flotar, que curioso.
—¿Le habrá dado algún dolor estomacal?— el comentario de un joven moreno con un turbante blanco causó risas en los chicos que alcanzaron a escucharle, estas no duraron mucho considerando que Crowley se abrió paso con Anya a su lado y Grim atado con el látigo.
—¡Para nada!— exclamó el director.
—Ah, ya regresó.
—Cielos, no me salté mis responsabilidades, solo fui a buscar a este joven, se escapó y no ha sido asignado a ningún dormitorio todavía— se volteó a ver a Anya y señaló el espejo en el centro de la sala—. Anda, acércate al espejo de la oscuridad, yo cuidaré de tu familiar.
“Bueno, ahora o nunca” pensó, ignorando los nervios que le daba caminar al frente de esa multitud, al caminar se percató de que no habían otras chicas a la vista, solo varones ¡Ahora entendía por qué demonios ese cuervo la creyó un chico! Ese instituto no era mixto, genial.
—Dí tu nombre en voz alta— dió un respingo cuando la voz siniestra se escuchó al frente suyo, volteó, había un rostro pálido en el espejo, y le sonó de algo, sus neuronas hicieron click y pronto lo reconoció como el espejo de la reina Grimhilde ¿Qué con ese cambio brusco de temática?¿Ahora era el momento cuando le decía que era la más hermosa de todas?
—Anya...Anya Kirstein— pronunció su nombre finalmente, un poco bajo.
—Anya Kirstein— el espejo dijo de manera pensativa—. La verdadera forma de tu alma es...— pasó unos minutos en un silencio que no hizo más que incomodar y poner ansiosa a la pobre pelicobriza, que sentía todas las miradas de los alumnos esperando, cambió su peso de un pie a otro ¿Esa era una forma de verse más interesante?—. No lo sé.
