"Incluso si llego a caer otra vez cometiendo el mismo error, no importa si quedo cubierto de lodo, creo en mí mismo porque soy un héroe."
Un ataúd por puerta, un gato que habla, un espejo mágico y un cuervo incompetente, vaya l...
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Cuando el sol salió a la mañana siguiente, la luz bastó para que Anya se despertara, eso además del felino que tenía pegado a su mejilla mientras babeaba. No había pasado precisamente una noche agradable, después de todo, normalmente le costaba dormir la primera vez en un lugar que no fuera su habitación o casa en general.
Y hacía unas horas la base de la cama cedió por el peso de los dos, asi que, casi acabaron en el suelo, pero al mal tiempo buena cara decía su abuela. Cerró sus ojos para descansar la vista, solo cinco minutos, pensó, descansaría su vista y luego se levantaría.
—He he ¿No tienen que levantarse para ir a limpiar la escuela?— la voz de un fantasma sonó cerca, la pelicobriza solo supuso que ya no tendría paz.
—Cinco minutos más.— Grim gruñó, a lo que Anya estuvo mentalmente de acuerdo.
—Si sigues durmiendo más, es posible que no despiertes nunca más...
—¡Al igual que nosotros!— otro de ellos se largó a reírse de forma escandalosa.
—¡Ya dije que solo son cinco minutos..!— Grim abrió sus ojos, pero gritó al ver a los fantasmas y saltó hacia Anya para esconderse.
—Ah, bien, veo que no podré seguir descansando.— previniendo que iban a pelear, abrió sus párpados y posó su mirada en los fantasmas.— Ustedes, seriamente deberían dejar de hacer esto, si vamos a convivir todos bajo el mismo techo, tendremos que dejar de pelear entre nosotros.
—¿Huh?¡Pero ellos fueron los que trataron de matarnos ayer!
—No dejan de repetir que quieren compañía, así que es probable que solo deseen convivir con otro.— Anya estaba haciendo gala de cada gramo de su paciencia, e intentaba ganar con sus palabras a los espectros que parecían pasmados.— Si ustedes dejan de asustarnos, los cinco podríamos ser amigos ¿No creen?
"Y no quiero tampoco que me despierten con un susto diario, o tendré que aprender cómo mandar espíritus de vuelta al más allá."
Sin embargo, para los fantasmas eso fue una oferta tentadora, después de todo habían pasado mucho tiempo solos, que esa joven les ofreciera su amistad era muy agradable, un soplo de aire fresco en sus vidas. Los tres se sintieron alegres, a lo que el espectro más largo "estrechó" su mano con la que la pelicobriza le extendía sellando el trato que hicieron.
—Hihi, aunque no prometemos no hacer otras bromas a otros humanos.
—Con que no sean mortales y no sea a nosotros me basta y sobra.
Los fantasmas se retiraron satisfechos por lo que habían acordado, entonces unos toques en la puerta llamaron la atención de Anya y Crowley entró a la habitación.
—Buenos días señorita Kirstein, Grim ¿Pudieron dormir bien?
—¡Cuando nos acostamos anoche la cama se hundió, eso realmente nos sorprendió!¡¿Cuánto tiempo descuidaste este lugar hasta la ruina?!— el gato se quejó moviendo su pata con cada reclamo.
