VIII. Visitante nocturno.

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Cuando Anya miró su alrededor, se preguntó dónde demonios estaba

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Cuando Anya miró su alrededor, se preguntó dónde demonios estaba.

El césped debajo de sus pies le hizo sentir cosquillas a medida que caminaba, el mundo se veía gris, confusa avanzó por las paredes de aquel laberinto con las paredes llenas de rosas, le resultó curioso ya que el color carmín de estas era lo único que se veía en medio de ese mar incoloro. El lugar se le hacía familiar, pero jamás había estado en un sitio semejante.

Llegó a lo que supuso era el centro del lugar, y en cuanto su mirada se posó sobre un grupo de cartas pintando flores,, comprendió la familiaridad del sitio. Era un sueño sobre Alicia en el país de las maravillas, una de sus historias favoritas.

¡Date prisa, pinta las rosas de rojo o las flores se marchitarán!el uno de ellos señaló agitando su brocha salpicando pintura roja.

—¿Por qué pintas las rosas blancas de rojo?— alguien preguntó detrás de Anya, causando que esta volteara y no tardara en reconocer a la niña que había llegado.

Vestido azul con delantal blanco, zapatos negros y cabello dorado, era Alicia. La observó, era realmente adorable.

—¿Por qué preguntas?— el dos de trébol inquirió agachándose a su altura—. Bueno a decir verdad cometimos un error y accidentalmente plantamos rosas blancas.

—A la reina le encanta el rojo, si blancas ve, nos matará y nos degollará— el as pasó la brocha por su cuello sacando su lengua fingiendo cortar su cabeza.

—¿Eso es así?

—Sí, lo es, eso es exactamente por qué los pintamos de rojo— el tres de trébol aclaró y las cartas asintieron a la vez varias veces.

—Si no hay de otra...

La niña tomó la brocha de pintura sobrante para ayudarles, Anya sonrió mientras ponía sus manos en sus caderas, luego las imágenes empezaron a difuminarse lentamente como la tinta en agua.






Abrió sus ojos al sentarse sobresaltada, pasó una mano por su rostro antes de suspirar, había sido increíblemente extraño. Bostezó, Grim a su lado estaba babeando sobre la cama durmiendo muy cómodo.

Le envidió por ser capaz de dormir tan cómodamente, pensó en ir a tomar un vaso de agua para regresar a su descanso, calzó sus pantuflas justo cuando un golpeteo resonó desde la puerta causando que el polvo en el edificio se moviera.

—¿Hm?¿Quién toca a esta hora?— el felino bostezó al escuchar los golpes más insistentes.

—No lo sé, pero de madrugada no es momento para venir de visita— la pelicobriza cargó a Grim dejándolo sobre su hombro. Si era un ladrón al menos podría quemarlo usando de arma al gato.

"Aunque en este sitio no hay nada de gran valor para robar" pensó bajando las escaleras, Ramshackle seguía tal y como lo dejó antes de la aventura en la mina: lleno de suciedad y polvo. Tendría que trabajar duro en ello.

ANPANMAN | Twisted Wonderland.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora