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pov's kim dahyun

Estábamos almorzando las tres juntas, algo que me dejó considerablemente consternada, hace mucho tiempo no compartía una comida con mis dos madres juntas, esto parece una realidad alternativa. Aunque las tres estamos en silencio, solo se escucha el ruido de la televisión y nuestros palillos, golpeaba mi pie constantemente contra el suelo en un claro indidicio de nervios e incomodidad. Hubiéramos seguido de esta forma si no fuera porque el timbre fue tocado. Observé a mamá, ella se levantó antes y camino rápidamente a la entrada, dejándome con mamá Jeong.

— ¿Cómo va la escuela?

— Bien.— respondí a su pregunta, murmuros en la entrada me hicieron volver levemente los ojos hacia un costado intentando prestar atención en lo que sucedía allá, aunque no pudiera verlos, al menos quería escuchar quien era.

— Escuche que fuiste posicionada como una de las mejores de tu clase. Me siento orgullosa.

Sorprendida gire a verlo velozmente.

— ¿En serio? — mi emoción incrementó al oir sus últimas palabras—. ¿Te sientes orgullosa de mi?

— Claro que sí. —bebió de su vaso — Eres muy inteligente, me recuerdas a mi cuando era más joven.

Escuche que mamá se graduó con honores, posiblemente haya heredado su inteligencia, creo que si ella hubiera tenido los medios estaría siendo algún tipo de magnate empresarial, pero debido a que tenía muchos gastos — todos relacionados a mí — apenas le alcanzaba para una buena univeridayd, estudio lo que estuvo a su alcance y trabaja en lo que le da algo bueno para vivir. Claro, su sueldo no es malo, es bastante promedio en realidad, ahora que ya soy grande y soy su única hija — y gracias a que mamá NaYeon me mantiene en un gran porcentaje — su sueldo se lo puede gastar en todo lo que deseó de más pequeño.

Nuestra conversación fue terminada cuando la puerta de la entrada se cerró y mamá volvió con una sonrisa en sus labios.

— ¿Quién era?— preguntó la rubia.

— La vecina. — se limitó a decir, sentándose nuevamente, la expresión tonta en su rostro no se borraba.

— ¿Y qué quería?

—Nada en especial.— negó.

La vecina. Si era la señora Hirai, ¿Qué es lo que tanto quería que ella trataba de no decir? Miles de ideas pasaban por mi mente, con mis ojos desinteresados observe por el rabillo a la mujer, ¿Tiene algo con la vecina tan rápido? De cualquier forma, debería agradarme, ¿No? Después de todo eso es lo que yo quería, pero un sabor amargo baja por mi estómago, obligándome a mostrar una mueca y dejar mis palillos. La vista de mis madres subió a mi con confusión.

Joder, ¿Qué me esta pasando?

— ¿Pasa algo, cariño?— NaYeon acaricio mi mejilla preocupada.

— Me siento mal, ¿Puedo ir a mi habitación?

— Hmnh, sí pero...— no le di tiempo a responder cuando ya me había ido por el pasillo, tratando de olvidar estos malos sentimientos que me persiguen todo el tiempo desde hace unas semanas.

Desde que ella llego. Detesto ver su sonrisa todas las mañanas en el elevador, y como intenta hacerme charla cuando llego de la escuela, o de como me invita a cenar cuando nota que mi madre no tiene planes de llegar antes. Mis días solitarios se vieron interrumpidos por su constante presencia luminosa, la odio, en verdad. Ni siquiera mi propia madre se ha comportado tan bien conmigo.

¿Por qué se siente bien ser el centro de atención de alguien?

𝐍𝐞𝐞𝐝 𝐓𝐨 𝐊𝐧𝐨𝐰 ✮ DahMoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora