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♡─ Sólo necesito una buena mujer para mi madre.
DaHyun solo quería encontrar una buena pretendiente para su madre, quien siempre terminaba devastada por los abandonos o engaños de sus numerosas parejas. decidida a hacerla fel...
La señora Hirai me había traído a la escuela en su auto, pero para prevenir se estacionó una calle antes para que así yo pudiera bajar sin ser notada por los curiosos estudiantes, y así evitar otro inconveniente como el de mi mejor amigo, NamJoon. Antes de que bajara su mano tomó la mía.
— Toma el paraguas, no quiero que te mojes otra vez.
— Esta bien, gracias.— con una sonrisa en mis labios besé los suyos antes de alejarme del vehículo, cuando abrí el paraguas para comenzar a caminar, desde a lo lejos pude ver como se alejaba para, según yo, ir a su trabajo.
Es abogada, lo que me lleva a pensar que debe tener una vida muy ocupada, yo misma la he visto casi correr para llegar a mi lado en el ascensor. Aunque nunca ha hablado mucho de eso, ni siquiera de su familia, es como algo prohibido, por más que haya cuadros de ellos en sus paredes, ni siquiera se le ha escapado una palabra de entre los labios. La curiosidad nace en mí a cada paso que doy, ¿Tiene una mala relación con sus padres? O tal vez, así como yo, es ignorado por ellos. Sería algo triste, ambos nos unimos por una misma causa.
— ¿DaHyun? — una mano en mi hombro me hizo detenerme, obligándome a salir de mis pensamientos giré hacia atrás. Mi amigo estaba con una sonrisa en sus labios, rápidamente coloque el paraguas sobre ambos para que no se siguiera mojando, por más que tuviera un jersey con un capuchón — Pensé que no vendrías hoy...
— ¿Por qué no vendría?
— Por la lluvia, sueles faltar cuando llueve para no mojarte.
— Ah... hoy no quería faltar, quería estar contigo.— entrelace nuestros brazos mientras caminábamos, cada vez más cerca del edificio.
Las mejillas de NamJoon se volvieron algo rojas, con una tonta sonrisa en su rostro bajó la mirada.
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Los días como hoy, donde el ambiente está pesado por la humedad y las gotas cayendo afuera, son extremadamente aburridos. Un bostezo salió de mi mientras el profesor explicaba una de sus clases, es tan malditamente insulso, sobre todo molesto, nadie puede hablar en la clase porque lo más probable es que te lance una tiza o un borrador.
— Señorita Kim, ¿Mi clase la aburre? — asustada abrí los ojos para observarlo, estaba frente a mi de brazos cruzados.
— N-No, Profesor Hwa.
— ¿Entonces por qué parece que quiere dormir sobre su pupitre? —mierda —. Será mejor que se retire, no quiero que se duerma aquí mismo. — dijo con sarcasmo, yo suspiré — Quédese afuera hasta que la clase termine.
— Pero, Profesor Hwa...
—¡Ahora!—su grito me provocó miedo.
Me levanté rápidamente del pupitre y caminé en silencio hacía la salida, sin ver atrás pasé la puerta y me quedé parada con la espalda en la pared, completamente sin decir ni una palabra. La puerta del salón fue cerrada con fuerza, dejándome afuera.
