꒷O19

800 93 9
                                    

contenido adulto!!!

Fui aprisionada contra la cama matrimonial que olía a ella, mientras nuestros labios se unían en una batalla de lenguas. Era inexperta en esto, pero no parecía molestarle, al contrario, disfrutaba de mi inexperiencia. Con sus grandes manos recorrió todo mi cuerpo, causándome jadeos llenos de placer cada vez que sus dientes mordian mi cuello y clavículas, los sonidos provenientes de la televisión todavía estaban de fondo, pero ahora estaban acompañados por sus suaves suspiros y gemidos bajos. A penas llegamos Boo nos había recibido con ladridos, la señora Hirai decidió dejarlo en otra habitación, mientras nosotras nos encerrabamos aquí, con una película reproduciéndose de fondo para que no se oyera el ruido que nosotras provocabamos.

Mis bragas ahora estaban tiradas al borde de la cama, pero la camisa blanca estudiantil todavía la llevaba puesta, arremangada debajo de mis pechos. La señora Hirai se quito su saco negro para luego retroceder un poco, tomó mis piernas para abrirlas, dejándome completamente avergonzada, cubrí mi rostro con ambas manos cuando su rostro fue colocado entre mis muslos abiertos, su cabeza se balanceaba con cada movimiento que hacía mientras jugaba suavemente con mi placer. ¿Qué estoy dejando que haga? Esto está mal, no debería hacerlo. Aunque repito esas palabras en mi cabeza, nada borrara el presente.

Su ritmo fue aumentando gradualmente más rápido, su lengua daba golpes más largos y más duros.

Un gemido sin aliento escapó de mi cuando sentí su dedo rozar mi sensible clítoris, sus ojos se elevaron para mantener un leve contacto visual conmigo. Su dedo luego se arrastró hacia abajo para empujarse suavemente entre mis pliegues, con sus labios cuidadosamente envolvió mi sensible protuberancia y dio una suave succión.

—S-Señora Hirai... — jadeé, mi estómago y pecho ahora palpitaban mientras ella continuaba chupando, su dedo se movía dentro, ¿Cómo podría recuperarme de esto?

Mueve su dedo anular más rápido antes de empujar con cuidado un segundo hacia adentro. Mis gemidos eran más agudos y fuertes, el calor que se producía en mi vientre se hacía cada vez más grande mientras ella trabajaba su boca contra mi de manera pecaminosa. Sus labios se separaron y a pesar de que creí que me vendría a penas su lengua toco mi intimidad, ella envolvió todo mi coño con su cálida boca, lamiendo sin pudor alguno. Llena de satisfacción los ojos me rodaban hacia la parte posterior de la cabeza.

— Puedes venirte en mi boca.— su voz profunda hizo mis piernas temblar más que antes. Ahora sus dedos largos empujaban más rápido, remoje mis labios al bajar la vista nuevamente, encontrándome con sus ojos pegados a mis expresiones llenas de deseo — ¿Quieres que te folle, cariño?

Sí, lo quería. Todo mi cuerpo rogaba por sentirla, pero no debía, perder mi virginidad con la señora Hirai no era una tan buena idea. No aquí, y no ahora. Pero estando a punto de un feroz orgasmo mi cabeza dejo de procesar toda información, gemi su nombre, y en mi imaginación pasaron escenas donde ella era protagonista. Me sentí como una pecadora, no estaba bien.

La lengua de la mujer trabajaba tan bien conjunto sus largos dedos que toda ni conciencia se esfumaba, con mi espalda arqueandose finalmente pude llegar a mi punto máximo. La respiración entrecortada que llevaba la hizo sonreír en medio de su trabajo. Me desplome contra las sábanas, mirando con los ojos entrecerrados como ella se sentaba y se lamía los dedos para limpiarlos.

— Señora Hirai.— la llame, queriendo cerrar los ojos.

— ¿Hmmh?— sentí su peso a mi lado, al instante sus labios se pegaron a mis mejillas acaloradas.

Honestamente, queria besarla porque sus labios eran tentadores, relucientes con mis jugos manchados sobre ellos.

— Me gusta.— admití. Ella se ríe y abandona mi rostro en cuestión de segundos, se inclina para cubrir mi boca con la suya en un beso que hace que mi piel se caliente una vez más.

— Tú también me gustas, DaHyun. — susurra, tirándose a mi lado, acomode mi ropa para asi ser abrazada por ella contra su pecho cubierto por la camisa blanca — Pero debes prometer algo.

— Sí...

— No le dirás a nadie sobre esto.— subí la vista, encontrándome con sus ojos negros. Asentí — Si prometes ser buena no dudaré en estar a tu lado siempre.

'Sí soy buena.' Entonces lo seré siempre.

𝐍𝐞𝐞𝐝 𝐓𝐨 𝐊𝐧𝐨𝐰 ✮ DahMoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora