IV. I'm so sick

1.1K 93 4
                                    

@ANT en Twitter

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

@ANT en Twitter


Eran las cuatro de la mañana.

O eso decía el despertador aburrido que adornaba su buró derecho.

Se despertó como pudo de la cama, había dormido en una posición demasiado incómoda, sus articulaciones dolían, y no es como si fuera lo suficientemente viejo para llamar a eso normalidad. Su saliva seca picaba su quijada y sus lentes estaban tan doblados que Gojo se preguntaba si volverían alguna vez a su forma original.

Enderezó sus pies en el suelo como pudo, ahí se dio cuenta que había dormido con el traje puesto, pasó su mano por su cuello, tratando de disminuir un poco el dolor, en vano cabe aclarar.

Escuchó el paso de unos zapatos subiendo escaleras, de inmediato trató de recordar que había pasado anoche que se quedó dormido...

Ah

Era su quinto aniversario de bodas.

- ¿Satoru? – el rubio entró por la puerta quitándose de un tirón la corbata - ¿Qué haces despierto?

Parecía un mal chiste.

- ¿Y el traje? ¿Fuiste a algún lugar hoy? – tan rápido como lo miró volteó hacia otra parte, quitándose los zapatos – Ah, el trabajo estuvo peor hoy, dije que llegaría temprano, lamento eso.

Ni siquiera le dejaba responder sus propias preguntas, se quedó ahí parado, con la camisa malhecha, el saco arrugado y saliva en su cara. Solo se acostó, sin decir nada más.

Cuando sintió la respiración tranquila, que confirmaba el sueño del rubio, volvió en sí. Tomó una manta del armario y salió corriendo, cerrando de un portazo, pero estaba seguro que el otro no se había levantado.

Seguro estaba tan cansado, ni el portazo de la puerta, ni el sonido de los platos de comida siendo echados a una bolsa de basura, ni siquiera el llanto del ojiazul lo despertaría.

Otra vez.

                                          .
                       

No recuerda la última vez que almorzaron juntos, tan solo esa palabra le recordaba a la secundaria, cuando todo era más sencillo, almorzaban todos juntos en la cafetería de ese extraño colegio privado donde todo el alumnado era menos de diez personas.

Tampoco despierta con él a su costado, pero eso realmente no le importa. Y se odia por eso.

Nunca antes se había arrepentido tanto por casarse, todo había ido bien al principio, se sentía bien despertar con la persona que amaba todos los días, aprender todos sus hábitos, adaptarse a ellos, conocer todo de él, y tener a alguien que te espere en casa. No sentirse solo más.

ABSURDO [Nanago/oneshots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora