III. JEWEL

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@manao_ast en Twitter

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- Nanami~

Gojo abrió la puerta haciendo ruido, entró con un puchero exagerado en el rostro, levantando los pies de forma exagerada al caminar, como un niño haciendo berrinche.

Su bolsa casi daba vueltas en el aire, tanto que la secretaria que se encontraba con Nanami en su oficina se agachó para que no la golpeara, pensando que no sería necesariamente un accidente.

- Satoru – el rubio levantó la mirada de los papeles en sus manos – no esperaba verte hoy.

- ¿Bromeas? – se cruzó de brazos poniendo todo su peso en una pierna – Hoy iríamos a la fiesta de Mei Mei ¡Ya pagué las entradas!

Nanami levantó un poco su mano haciendo una seña para que todos los diseñadores de su oficina se fueran, estos obedecieron con una reverencia educada.

- Satoru, tengo mucho trabajo hoy, te iba a llamar más tarde.

- ¡¿Iba?! – levantó las manos con indignación - mañana es nuestro aniversario y ya me estás ignorando. – se dejó caer en el asiento frente al escritorio.

Nanami volvió a observarlo, el rostro de su novio se arrugaba en una expresión de enojo que no hacía más que divertirlo.

Se paró acomodando su elegante saco y sacó una caja de uno de los cajones de su escritorio, vio como los ojos azules seguían para nada discretos todas sus acciones.

Tomó su mano y lo dirigió hasta el espejo más grande de su oficina, que consistía en una monstruosidad enorme que Gojo no sabe cómo, pero siempre se mantenía limpia, recuerda como bromeó con Nanami de que ni él con toda su vanidad, ego y narcisismo encima gastaría tanto dinero en un espejo como Nanami.

Se dejó guiar sin mucho lío, ansioso por el descubrimiento de la bonita caja color hueso que el rubio tenía en manos.

Lo posicionó frente al espejo con el rubio justo detrás, y de la hermosa caja sacó un collar plateado que hizo que los ojos azules se abrieran con emoción apenas lo vio.

El collar estaba totalmente tupido de brillo, con un diamante celeste en medio y dos a los costados casi del mismo tamaño, pequeñas cuerdas de oro blanco las unían por debajo, colgando, generando una especie de ilusión antigua, pero si le preguntaban que es lo que más destaca de pieza, lo es la forma en la que brilla, como si Nanami hubiera puesto especial atención en pulir a la perfección aquellos diamantes.

-El brillo... - levantó su mano con cuidado, tocó delicadamente el collar, tan despacio como si no quisiera tocarlo en realidad.

- Lo sé – dijo el rubio mientras sus dedos acariciaban la joya por el hombro del peliblanco

Tomó sus brazos e hizo que volteara para mirar su rostro – Lo intenté, pero pequé de iluso al creer que un diamante algún día igualará o siquiera se acercará al mismo brillo de tus ojos – acercó la mano del ojiazul a su rostro, y la besó, sin dejar de mirarlo a los ojos.

ABSURDO [Nanago/oneshots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora