XIV. Gardenias

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El sol se estaba ocultando y la gran ventana de la sala se lo dejaba muy en claro.

Nanami caminada a paso apresurado hacía el ascensor, ni siquiera saludó al guardián de la puerta, lo cual es muy raro considerando lo estricto que es con la forma de tratar a la gente, especialmente con la que cuida el lugar donde vives y tiene las llaves de tu apartamento.

Pero no se puso a pensar mucho en ello, incluso en el ascensor ya estaba desacomodándose la corbata y desabotonándose la camisa, estaba llegando tarde, y todos saben bien que a Nanami no le gusta llegar tarde.

Dentro de treinta minutos empezaría la boda de sus amigos, y tardaban en llegar aproximadamente cuarenta, deberían estar ahí dentro de diez minutos, considerando lo que se tarda en ubicarse en las mesas y en entregar el regalo.

Había tenido una mañana estresante en el trabajo, lo cual no es muy raro, aunque hoy haya sido peor, tuvo que salir una hora después, y todo su horario se modificó, tenía que ir al banco a sacar efectivo para el sobre del regalo y mientras esperaba en la enorme fila, el tiempo se había ido volando.

Al menos espera que Gojo ya esté cambiado y tenga listo el sobre que le pidió, es lo único que le falta.

-¡Satoru!

Apenas entró al lugar, con corbata en mano, lo que lo recibió fue un peliblanco muy tranquilo con una camisa sucia de alguna crema dulce y tirado en el sofá frente al enorme televisor.

Con la consola encendida y los audífonos puestos.

-¿Has visto la hora que es? ¿Por qué no estás vestido?

La sonrisa que tenía Gojo apenas lo vio entrar se desvaneció ante las palabras del rubio, de repente por querer acatar su orden, buscó su celular para checar la hora, toqueteando su short sin bolsillos y buscando en el sofá, no encontrando nada.

Kento sintió que se le salía una vena de la sien por el enojo, pero con el fin de perder menos tiempo, solo corrió a su cuarto a cambiarse.

Pronto Gojo siguió sus pasos sin apagar la consola y sin despedirse de sus amigos.

Se escuchó como lo abucheaban por irse del juego tan temprano, pero ninguno de los dos estaba escuchando.

-Nanami~ no me di cuenta – dijo mientras lo seguía por todo el lugar, tratando de abrazarlo – mi amor no me ignores.

Cuando el rubio se dio la vuelta para encararlo, Gojo se dio cuenta de lo molesto que estaba esta vez, así que solo bajó sus brazos y asintió.

-Anda y ponte ese maldito traje antes de que me ponga peor Gojo.

El mencionado solo se dio media vuelta a buscarlo y Nanami lo miró con los brazos cruzados.

-¿Y el sobre?

Terminaron llegando terriblemente tarde, y se perdieron la cena.

El lugar era precioso, lleno de flores por doquier y blanco y más blanco, al entrar al gran salón, había una pasarela larga donde debía pasar la novia más rato, las mesas estaban acomodadas a los costados de forma muy geométrica y los blancos manteles combinaban perfectamente con los centros de mesas llenos de gardenias y rosas, impecable.

Kento observaba todo, los novios definitivamente gastaron demasiado dinero en todo eso, y duraría poco más de dos horas, las gardenias se veían en especial frescas, ese blanco natural de las flores es muy extraño, y Kento no puede evitar maravillarse con su preciosidad y simpleza.

Aunque su estómago crujiendo lo aleje de tal imagen.

-Ya Kento~ - le llamó el peliblanco mientras le ofrecía una pequeña empanada que servía como bocadito – perdóname, no sabía que el sobre era tan importante.

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⏰ Última actualización: Jun 26 ⏰

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