XII. Cámaras

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Cuando Nanami se casó con Gojo no estaba esperando tener este tipo de problemas.

Su atractivo esposo es el delantero más famoso y mencionado del ostentoso club de fútbol: Tottenham.

Todo gracias a un reciente campeonato que ganaron gracias a él, su popularidad se despegó por los cielos, los contratos no dejaban de llegar.

Si le preguntaban hace años con quien se estaba casando, él habría dicho que con un hombre joven lleno de sueños y por supuesto, sin trabajo.

Sin embargo, el tiempo le daría la razón a Gojo, y ahora es uno de los futbolistas mejores pagados del país, pertenece a un club importante y el ídolo de muchos niños.

No podía tener más orgulloso a Nanami.

- ¡No es justo! ¡Nunca vienes a mis partidos!

Pero justo ahora, el hombre patrocinado por adidas y dueño de un Bugatti Chiron se quejaba como un niño pequeño pegado a sus piernas y haciendo pucheros.

Nanami trataba de trabajar en su sala, pero el albino se acercó a él para insistirle sobre un tema supuestamente soldado, sentándose en el piso y sujetando una de sus piernas.

- Amor, sabes que siempre te veo por televisión – dijo el rubio tecleando y el otro no hizo ningún sonido - además que, si traté de ir a varios de tus partidos, pero recuerdo perfectamente que dijiste que no era necesario.

- Ya sé, pero eso era antes de hacerme famoso – levantó la mirada – falta poco para el último partido y la prensa se acerca a los jugadores más famosos mientras estos están felices de las manos de sus esposas e hijos.

- Gojo no soy una esposa – le dijo mirándolo por fin al rostro.

- Lo sé, pero todos van a las fiestas de victoria con sus parejas – se levantó sentándose a su costado, Nanami no dijo nada – ellas van, se sientan en los espacios especiales para las familias de los futbolistas y usan la camiseta de sus esposos, incluso algunas gritan como porristas.

El rubio se frotó el rostro, totalmente desconcentrado de su trabajo, y cerró su Mac Book para prestarle más atención a su marido.

- No puedo ser el único que se vaya del estadio solo, eres el esposo del mejor goleador que tuvo Tottenham en décadas y tienes que estar ahí para alentarme – terminó con un rostro serio – la prensa ahora se acerca solo a mí y quiero que estés a mi lado.

Nanami lo miró fijamente, en todo su matrimonio Gojo jamás le había exigido ir a uno de sus partidos, sabía bien que el rubio no era muy amigo de las cámaras, y por supuesto que Nanami fue a muchos de ellos, especialmente en la preparatoria donde nadie creía en su talento, o en los partidos importantes donde sabía que a pesar de que no se lo pida, sabía que tenía que estar a su lado.

Sin embargo, ahora es muy distinto.

Las veces anteriores esperaba en la puerta del estadio y se iban juntos a casa, o lo esperaba en el auto con un pastel hecho por él para festejar sus victorias.

Ahora, tiene que ir a un lugar especial en el estadio para familiares de futbolistas y socializar con un grupo de mujeres adineradas, sobre todo modelos, que a lo único que se dedican es a cuidar a sus hijos y verse atractivas para sus maridos.

Nanami no está diciendo que eso tenga algo de malo, pero él es un doctor que trabaja en una clínica prestigiosa y que lo único que sabe sobre moda sea probablemente que Calvin Klein hace ropa interior.

¿Qué podría tener él en común con amas de casa modelos?

Existía toda una comunidad detrás, mujeres jóvenes bien vestidas que iban al club todos los fines de semana y futbolistas con mucha energía que salían a tomar todas las veces que había un partido.

ABSURDO [Nanago/oneshots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora