Samantha
Cuando Dani me habló los primeros días, la sentí como una persona muy molesta y no me retracto, lo fue, sentía que estaba sobre mi todo el tiempo, sin embargo, ahora que ya no lo está, se siente un vacío, no sé si tenga algo que ver el que ella es la Dani de mi infancia o tan solo el hecho de que perdí su atención que antes consideraba excesiva. ¿Si no me hubiera enterado de quien era me sentiría de esta manera? Creo que nunca lo sabré, no puedo volver en el tiempo y evitar que averigüe quién es ella.
Le conté todo a Andy, se ha vuelto mi confidente en estas semanas que Dani se ha esfumado un poco, creo que las asesorías después de clases se van a cancelar y volveré a tomar esa pasantía en el trabajo de papá, me ayudará a distraerme y dejar de sobre pensar las cosas.
Ahora lo que sucede es que Mónica suele acosarme un poco, desde la vez que me canceló una salida no he vuelto a invitarla a salir, ya no puedo estar saliendo con ella, ya no quiero, ahora es ella la que me insiste en salir, pero siempre tengo algún pretexto y Andy me ha ayudado mucho con eso, sin embargo, en dos semanas es la boda del hermano de Mónica y ella insiste en que vaya, aún lo estoy pensando, creo que si Andy acepta ir iré, no hay otra forma.
Hablo con Dani durante las clases de inglés y de IAP, aunque solo sobre temas de la escuela y no más, al menos no como antes que claramente era algo entrometida. Sólo hablamos sobre nuestro pasado aquel día que me quedé en su casa, me contó lo que había pasado en estos años con ella y yo hice lo mismo, pensé que retomaríamos todo como una amistad, sin embargo, fue todo lo contrario, después de ese día creo que se distanció, al menos así lo he sentido, pero sigue llamándome Siete, creo que eso es bueno.
Quisiera hablar con Dani y preguntarle si todo está bien, Andy me ha animado a que lo haga, pero creo que tengo miedo de escuchar la respuesta y por eso no he hecho la pregunta.
—Yo creo que Siete debería de hacer todo — dice Dani
—Eh... sí ¿Qué? ¿Todo cuál? ¿de qué hablamos? Lo siento, me perdí — respondo
—Vamos Siete, concéntrate — me regaña Dani — llevamos casi media clase intentando dividir los avances del proyecto, necesitamos tu completa atención.
—No pasa nada, relájate — le dice Andy a Dani
—Claro que pasa, se entrega la siguiente semana — responde Dani un poco harta
—Lo siento, ya estoy aquí, ya no vuelve a pasar — miento, pues sé que es posible que vuelva a perderme en mis pensamientos.
—De acuerdo, a ver, Siete, tú haces el código de inicio, el que es base, ya sabes, librerías, variables y eso, después hago yo las rutinas de las operaciones que se harán y todo eso, y Andrea, tú haces las salidas a pantalla, ¿de acuerdo? — finaliza Dani
—O....key... — dice Andy, pero dudando demasiado.
Dani tiene problemas si cree que el proyecto se va a realizar así.
—Claro que no — le digo
—Bueno, haz tu propuesta entonces — dice Dani y parece molesta
—Primer punto, es un Avance del proyecto, no el proyecto terminado, segundo punto, ¿Estás demente? — bromeo y río un poco
Andy ríe también un poco.
—¿De qué hablas? No sé qué tiene de divertido, ¿podrían tomarse esto en serio? — nos regaña Dani
Andrea me lanza una mirada de confusión. Tampoco sé lo que está pasando, pero supongo que tendré que ponerme seria.
—Lo estamos tomando muy en serio, empezamos con que es una locura hacer un código de un programa tan sencillo entre 3 personas, si lo que quieres es dividir equitativamente el trabajo se pueden dividir las etapas del desarrollo, ¿Sí te las sabes o no ponías atención en clase? — la ataco un poco y ella sólo me mira con seriedad — de acuerdo, supongamos que no las sabes, así que hablemos sin términos técnicos, dividimos en 3: documentación para realizar el proyecto, desarrollo de proyecto y documentación para el usuario. Si fuera un megaproyecto te entendería, pero para lo que vamos a hacer... aterriza bien tus ideas antes de querer regañar y ponerte en ese plan — concluyo y Daniela me mira con desprecio.
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Siete
Teen FictionDaniela y Samantha, personalidades, formas de pensar y estilos de vida completamente diferentes; muy cliché, pero científicamente, los polos opuestos se atraen y pueden hacerlo más de una vez.