Daniela
Han pasado solo dos días desde que hablé con Vale sobre abrir la relación, no hemos tocado el tema de nuevo y es comprensible, no ha pasado tanto, pero hay muchas interrogantes que necesito platicar con ella y espero hacerlo en los próximos días, tampoco quiero presionarla y siento que hablar ahora al respecto sería presionarla.
—¿La profesora dijo que la clase sería aquí? — pregunta Vale
—Ah... creo que sí, creo que estaban en mantenimiento la mayoría de las computadoras del laboratorio, así que estaremos aquí, pero sinceramente no sé qué haremos aquí, igual y no hay clase ni nada. — respondo
—Bueno, como sea solo queda esperar, aun faltan 10 minutos para que inicie la clase — dice Mónica
Salimos del salón sólo para estirar un poco las piernas y tomar algo de aire.
—Hola— escucho la voz de Siete.
Siete se acerca directamente a Mónica, es algo que no imaginé que vería, pero ha estado sucediendo mucho últimamente.
Mónica saluda a Siete con un beso en la mejilla. Yo me aparto un poco del grupo, he estado evadiendo a Siete desde la fiesta del fin de semana, Vale dice que no pasó nada, pero pudo haber pasado mientras ella dormía.
Recuerdo poco del final de la fiesta, había bebido demasiado y luego la prima de Mónica nos ofreció un Brownie mágico, sinceramente iba a decir que no, pero todas con mucha facilidad aceptaron y, es tonto, pero me dio pena ser la única que no lo probara.
Nos recuerdo después de eso en otra habitación, con otras personas, más primos de Mónica y unos chicos que no estoy segura quienes eran. No sabía exactamente qué esperar, nunca había consumido mariguana en ninguna presentación, así que estuve todo el tiempo mirando hacia un lado y luego hacia otro, tratando de descifrar si ya me había hecho efecto o aun no, aunque también estaba algo ebria y no estaba segura si era el alcohol o la mariguana. Hubo un momento en que me quedé mirando a Siete fijamente, pero mi mente estaba pensando cosas aleatorias que eran muy graciosas, al menos en ese momento, en mi mente, lo eran.
A Siete la retaron a besar a la prima de Mónica que nos ofreció los brownies y luego de eso Siete comenzó a hacer preguntas para descartar a quién iba a besar y a quién no, descartó a las menores de 18, a los chicos y no fue ninguna sorpresa que me descartara a mi.
Hubo muchos besos, pero de Siete solo vi el primero y me causó mucha incomodidad verlo, así que después sólo me concentré en Vale besando a otras personas, se veía que lo disfrutaba y creo que sólo sonreí, me acerqué a ella y la besé.
En algún momento me dijeron que besara a alguna de las primas de Mónica y a sus novios, pero me rehusé, sólo recuerdo darle un piquito a Mónica.
Cuando acabó la lluvia de besos todos estábamos muy quietos, yo tenía mucha sed, o al menos necesitaba agua, mi boca tenía una resequedad que nunca había experimentado, había agua en la habitación así que le di un pequeño trago y eso fue suficiente para quitar esa sensación. Después de eso cerré los ojos y todo me daba vueltas, en algún punto me quedé dormida.
A la mañana siguiente desperté en la habitación donde se supone que Mónica se quedaría con Siete y eso no fue todo, yo estaba en la misma cama que Siete y como si eso no hubiera sido suficiente yo tenia un brazo sobre ella y mi mano estaba tocando su trasero. Al darme cuenta de esto mi reacción fue quitar rápidamente mi mano, pero permanecí mirándola unos minutos hasta que una fuerte punzada en mi cabeza y unas náuseas hicieron que me levantara rápidamente al baño.
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Siete
Teen FictionDaniela y Samantha, personalidades, formas de pensar y estilos de vida completamente diferentes; muy cliché, pero científicamente, los polos opuestos se atraen y pueden hacerlo más de una vez.