Capítulo 16.- Lo que hacemos por amor

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La discusión sobre el repentino deseo de Eren de independizarse duró apenas unos minutos más. Levi había sugerido ir a descansar para pensar bien las cosas y Eren accedió a no tomar ninguna acción al menos hasta el fin de semana, cuando tendrían tiempo para discutirlo con más calma.

Por otro lado, la forense no se sentía tan paciente ni tan comprensiva como antes.

Mas bien, Hanji estaba particularmente frustrada, pues creía que si hablaban con Eren en paz y sin filtros, serían capaces de saltar aquel bache y pasar página. Pero por lo visto aquella tensión iba más allá de la pelea del día anterior, lo que la puso de mal humor.

- Es sólo un niño. -Bufó en la privacidad del cuarto de ambos. Levi se había puesto ya su camisa para dormir y se ocupaba de pulir sus botas de trabajo, sentado junto a la ventana.- ¿Cómo diablos va a vivir solo?

- Para ser justos, la herencia de sus padres no es despreciable. -Objetó el pelinegro, todavía con la mirada en su tarea.- No es suficiente para toda una vida, pero si es listo, puede usar el dinero para impulsar un negocio. O podría trabajar, lo que ya era su plan incluso antes de venir aquí.

Hanji, que hasta ese momento había estado luchando para abrir los botones traseros de su vestido, se giró hacia su prometido como si de pronto le hubiera sugerido ir a matar a la reina.

- No puedes estar de acuerdo con él. -Increpó, sin disimular su indignación.

Pero Levi sólo suspiró, bajando los hombros mientras levantaba la mirada hacia ella.

Parecía cansado, a pesar de haber tenido un día excelente en la oficina.

- Por supuesto que no estoy de acuerdo. -Le dijo.- Pero ni tú ni yo podemos obligarlo a permanecer aquí si él no lo desea.

- ¡Oh, permíteme diferir! -Ella exclamó, poniendo los brazos en jarras.- ¿Quieres ver cómo puedo conseguir un par de grilletes de las celdas de Scotland Yard para encadenarlo a su maldita habitación?

A pesar del enfado de la castaña y la seriedad del tema, Levi no pudo reprimir una pequeña sonrisa ante su intenso sentido de protección. Sin mencionar que, aunque Hanji no era capaz de caer en el mismo tipo de impulso violento que él, sí era tan apasionada y mal hablada cuando algo la hacía enfadar de veras.

- Lo estás viendo desde la perspectiva de una madre. -Le dijo, dejando sus botas a un lado y acercándose a ella, levantando una mano para pellizcar esa mueca tan adorable de sus labios.- Lo cual no está mal, Hanji, pero debes respetar sus límites.

- ¿En qué momento cambiamos los papeles en este pleito? -Cuestionó ella mientras hacía morritos, pero no había verdadero enfado en su voz.

Levi sacudió la cabeza y la tomó por la cintura, instándola a darse la vuelta para encargarse él mismo de su vestido.

- Siempre serás el policía bueno y yo el policía malo. -Aclaró el detective mientras sus dedos ágiles soltaban cada pequeño botón.- Pero en este caso me toca ser el pragmático entre los dos. Cuando me dijiste que deseabas adoptar a los chicos, ¿recuerdas lo que te dije?

- ¿Que estaba tomando una decisión impulsiva? -Hanji levantó una ceja al recordar esa conversación, pero su pulso se disparó al sentir los dedos del pelinegro recorriendo su espalda.

- Sí. -Levi se inclinó hacia adelante cuando abrió el cuello del vestido, despejando el área de sus hombros para depositar ahí un cálido beso.- Y tú dijiste que todo estaría bien siempre y cuando habláramos con ellos y estuvieran de acuerdo.

Jack el destripador | Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora