CAPÍTULO 24

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Emilio se puso de pié y caminó hacía la habitación de Joaquín, sabía que no tenía el mejor de los aspectos, la misma ropa de ayer, arrugada por haber dormido con ella, el cabello desarreglado, ojeras, piel pálida, labios secos, ojos rojos.

Pero necesitaba ver a Joaquín y confirmar por él mismo que estaba vivo, bien, junto a él. Así lo estuviera odiando, quería comprobar que su bebé estaba en perfecto estado. Entró y sintió una corriente en su corazón cuándo Joaquín giró para verlo también.

- Hola.

Emilio no respondió, sólo se acercó a Joaquín, se sentó al lado de él y lo abrazó, escondiendo la cabeza en su cuello, el castaño acarició su cabello y esperó que el rizado se calmara.

- Ya no llores, Emi, por favor.

Emilio sorbió por la nariz y besó la mejilla de Joaquín.

- Ya está, Emi, todo está bien.

- Pensé que te había perdido, Joaquín.

Emilio se enderezó, Joaquín llevó las manos a las mejillas del rizado y secó sus lágrimas.

- Pero estoy bien, Emilio, no pasó nada.

- Pensé que tendría que vivir para siempre pensando en que te habías ido odiándome.

- Yo no te odio.

- Fuí un idiota, Joaco.

- Lo sé, pero espero que hayas aclarado tus sentimientos ya.

Emilio bajó la mirada, cogió las manos de Joaquín y besó sus nudillos.

- Fuí un estúpido, que tuvo que esperar a casi perderte para darse cuenta de cuánto te amo.

Joaquín sonrió y puso un mechón de cabello detrás del oído de Emilio.

- ¿A mí?

Emilio besó la frente de Joaquín, sobre su venda.

- A nadie más.

Joaquín unió sus labios con los de Emilio, el rizado suspiró y correspondió al beso poniendo las manos en la cintura del castaño.

- ¿Lo intentamos una última vez?

- No volveré a fallarte, amor.

Volvieron a besarse y en ese momento entró Elisabeth.

- Oh Dios, lo siento ¿Interrumpo? Joaquín tiene que comer algo.

- No pasa nada, hola, mamá.

- Hola.

- Hola, Lizz.

- Hola, ¿Le das de comer? Tiene que comer verduras, pero las odia.

- Ugh, mamá.

- Recomendación del doctor.

Elisabeth le entregó el plato a Emilio.

- Yo lo hago comer, no te preocupes.

Lizz besó la frente de Joaquín con cariño.

- Te dejo en buenas manos, amor.

- En las mejores, ¿Todos los chicos ya se fueron?

- Creo que Niko y Eduardo están en la cafetería.

- Vale.

- Tus hermanas te mandan éstos regalos.

Ely sacó pequeñas cajas envueltas en papel dorado y las puso sobre los otros regalos.

- Me tengo que ir, estaré pendiente del celular.

Mi Nerd Favorito // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora