CAPÍTULO 1

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En una de las mesas de la cafetería de la universidad, se encontraba sentada "La nobleza de la universidad", cómo muchos solían llamarlos. Los populares, deportistas y las porristas del equipo de fútbol. Entre ellos estaba Emilio, cuyo plato frente a él contenía una hamburguesa casi por terminar y algunas papas fritas, todos los demás comían ensaladas ó alimentos con pocas calorías y azúcar, pero él jamás abandonaría las hamburguesas.

- Real Madrid, ¿Cuántos le van al Real Madrid? - Preguntó Jason.

Casi la mitad de todos los que estaban sentados levantaron la mano.

- Es mucho mejor el Barcelona, dah - Dijo Eddy con tono de obviedad.

- Claro que no, todos los jugadores del Barcelona me caen mal - Dijo Mateo antes de llevarse un pedazo de torta a la boca - Son odiosos.

- En especial Messi - Completó Eduardo.

- Cristiano es mucho más caliente - Dijo Eleazar.

- En lo personal el Boca Ju...- Comenzó Emilio.

Todos empezaron a abuchearlo sin dejarlo hablar.

- Que idiotas - Dijo riendo.

Emilio rodó los ojos, cogió una de las papas de su plato, la mojó en la salsa de tomate y la llevó a su boca. Su mirada se posó en el chico que entraba a la cafetería en ese momento, Joaquín, el chico que había llamado su atención desde hace varios días, pero que siempre que se acercaba a él, el castaño huía cómo si el rizado oliera mal ó tuviera alguna enfermedad contagiosa.

- Ya vuelvo.

Emilio se puso de pié y caminó hacía Joaquín sin pensarlo, el castaño se había sentado en una mesa apartada, con un libro en sus manos y unos lentes en sus ojos que se le veían demasiado bien para el gusto del joven Osorio.

- Hola, Joaquín.

Joaquín rodó los ojos, de nuevo ese chico, ¿Acaso sus amigos huecos y superficiales no eran lo suficientemente interesantes?

- Tú otra vez, ¿Qué quieres?

- Hablar contigo, me llamo Emilio.

Emilio extendió su mano hacía Joaquín mientras sonreía dulcemente, el castaño frunció el ceño y detalló al intenso chico brevemente. El rizado llamaba la atención desde cualquier lugar en el que entrara, vestía unas botas cafés, unos skinny jeans negros que entallaban y alargaban sus piernas, una camisa de vestir de color blanco con estampado de flores de color azul, revelaba unos tatuajes en su pecho por los 3 botones que Emilio mantenía abiertos, también estaba esa cadena de avión de papel que siempre llevaba puesta. Joaquín no estaba seguro de si Emilio usaba brillo labial, unos labios no podían verse así de rosados y suaves de manera natural. Y su cabello, es que un hombre no podía ser poseedor de un cabello así. Gracias a su hermana que lo enviaba a comprar mil productos y tratamientos para el cabello cuándo ella estaba muy ocupada, Joaquín conocía que esos productos contenían más comida que lo que su madre les servía en la mesa. Banano, aguacate, los malditos aguacates, papaya, huevo, coco, fresa. ¿Porqué simplemente no compraba esos ingredientes, los trituraba y se los aplicaba en el cabello y ya? En fin, regresando al hecho de que Emilio era poseedor de un cabello largo, brillante, rizado y suave, pensó en preguntarle qué productos usaba, ya que los de su hermana no le estaban funcionando del todo.

- Joaco - Dijo Emiloo queriendo llamar la atención de Joaquín, que se había quedado perdido en sus pensamientos durante unos largos segundos.

- Déjame en paz.

Joaquín se puso de pié alejándose de aquella mesa y lo más importante, de ese extraño e irritante rizado que llevaba acosándolo varios días.

- Oye, bonito, espera.

Mi Nerd Favorito // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora