¡GROW A BOYFRIEND! [Taekook] [PAUSADA]

T r e s

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TaeHyung ayudó a jungkook a cargar un montón de papeles que el Peliazul no había podido guardar en su maletín por la falta de tiempo esa mañana, jungkook le agradeció con la mirada mientras ambos se dirigían a la entrada de la secundaria.

Cómo siempre, y algo tarde, el prefecto le abrió la puerta y lo recibió con una amable sonrisa.

—Buenos días, profesor kook. —dijo el alto hombre de cabello oscuro— Se le está haciendo una costumbre llegar tarde.

Jungkook sonrió avergonzado mientras pasaba la puerta.

—Buenos días, y lo siento. Tuve algunos inconvenientes está mañana. —dijo lo último entre dientes dándole una mirada de reojo a TaeHyung, quien solo sonrió como un angelito inocente.

—No se preocupe, usted siempre ah sido muy puntual, a la directora no le importará.

—Gracias.

Jungkook siguió caminando cuando escuchó un "Déjeme pasar" de una voz que iba a reconocer de inmediato por acabar de haberla conocido.

Volteó y vio a TaeHyung tratar de pasar y al prefecto tratar de cerrar la puerta frente a TaeHyung.

—Eh... Disculpe Alex, él viene conmigo. —señaló al Pelinegro quien se veía enfadado.

—Oh... ¿En serio?

—Si.

Alex sonrió hacia jungkook y volvió a abrir la puerta, mientras tanto el Peliazul trataba de no reír ante las pequeñas maldiciones que soltaba el más alto. Alex abrió la puerta y TaeHyung pasó junto a él, no sin antes mover la cabeza hacia un lado y fingir que golpeó su rostro con su largo cabello.

TaeHyung llegó hasta su amor corriendo para estar a su lado.

—Gracias, mi amor.

—¿No dejarás de llamarme así, cierto?

—Noup. —sonrió de forma adorable, en eso no iba a mentir jungkook— Tengo derecho, soy tu novio.

Jungkook solo negó con la cabeza mientras se dirigían a su aula C.

—Solo no me metas en problemas.

—No prometo nada. —susurró el Pelinegro, y tuvo suerte de qué jungkook no lo haya escuchado.

Ambos frente a la puerta del aula y jungkook abrió sigilosamente la puerta está vez, no quería terminar con la cara adolorida por una botella voladora esta vez.

Jungkook suspiro al ver que no había tanto alboroto como el del día anterior, si, estaban hablando, casi gritando, pero cada quien con su grupito de amigos y no corriendo de aquí para allá. Entró al aula por completo directo a su escritorio, todos se callaron y se fueron a sus respectivas bancas.

Aunque cuando TaeHyung entró detrás de jungkook, toda la atención de ellos se fue hacia el guapo y alto Pelinegro, los murmullos no se hicieron de esperar.

—Buenos días, chicos. —saludó jungkook sacando su computadora portátil de su maletín.

—Buenos días, profe kook. —dijeron todos al mismo tiempo sin quitar sus ojos curiosos del cuerpo a un metro de jungkook.