Capítulo XXI

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México

Sentía un vacío, era como si me hubieran quitado una parte de mí, mi vida se caía como pétalos marchitados de una flor perdiendo su vida, sentía esos pétalos en mi espalda, como cuchillos filosos impregnarse en mí, me mataban por dentro, pero sabía que debía seguir adelante, pero...¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué no paraba de derramar lágrimas? ¿Por qué no podía armarme de valor e ir a esa lápida y leer su nombre?

Oh...ese nombre.

Su hermoso nombre, tan único y que sólo pertenecía a él, ese lindo nombre que cuando pronunciaba era con un amor y adoración inmensa y ahora no podía ni decir su nombre sin llorar de tristeza. Tenía que ser fuerte, pude con varias muertes de mis seres queridos, podría con esta ...pero era el amor de mi vida.

(...)

Me quedé detrás de un árbol en lo que había durado el funeral, estaba muy ocupado tratando de controlar mi respiración y llanto.

Che ¿Querés ir a mi casa? Asi no te sentís tan solo y tomás un respiro antes de ir a tu casa.—dijo el argentino sentándose al lado del mexicano apoyando su cabeza en el árbol de atrás.

— Está bien, solo...quiero verlo antes de irme.—respondió ya más tranquilo.

— Okey...¿Vas solo o te acompaño?

— Iré solo, no te preocupes.—le sonrió levemente para dejar al biceleste más tranquilo.

— Te espero en el auto entonces.—Argentina se levantó y se fue donde su pareja Perú, lo esperaba.

Mex dió un último suspiro y se levantó del suelo, volteó a ver a ese campo verdoso, lleno de pequeñas lápidas de cemento, como le dolía que él estuviera en una de ellas. Caminó lentamente hasta llegar a la indicada, observaba la cantidad de flores que habían alrededor, al parecer muchos le tenían cariño, algo que le había costado tantos años conseguir, el cariño y perdón de los demás, debido al pasado.

Tomó un copihue de su saco, logró conseguir uno, pues eran, además de la flor del país, era su favorita. La depositó con cuidado justo al lado de la fotografía, donde se veía ese rostro sonriente, Mex sabía que el chileno en ocasiones fingía su sonrisa, pero el sabía que la sonrisa de esa foto era verdadera, ese día su parejita estaba feliz ¿Por qué esa sonrisa se tuvo que ir?...

— Hola colmillitos...—Dios, no quería volver a llorar pero era imposible, no podía, suspiró tratando de calmarse, sintió una brisa ligera detrás de él, una brisa refrescante que logró controlar su pena.

— S-solo quería decirte lo mucho que te amo y...l-lamento no estar a tu lado cuando estabas mal, no pude salvarte...—cerró sus ojos un momento, luego los abrió— Sé que, en la carta decía que no era mi culpa, que tarde o temprano te iba a pasar pero...*snif* yo quería que estuvieras bien, siempre te escuché cuando me hablabas en el hospital, créeme, gracias por hablarme todo ese tiempo Chile...no sabes cómo te voy a extrañar, como te vamos a extrañar—sonrió un poco— Pudiste conseguir ese cariño que tanto anhelabas, tienes amigos que confían en ti, tu me habías contado que querías eso... Sé que detrás de ese country loco y que no se deja ganar por nadie, está ese chico que necesitaba un apoyo y una amistad...lo conseguiste amor...pero solo faltas tú wey...—cayó de rodillas frente a la lápida— Te necesitamos aquí...te queremos mucho...—se levantó limpiando sus lágrimas recientes— Vendré a verte pronto ¿Si? Nos vemos...

Se alejó sin mirar atrás, fue al auto del argentino, aunque al llegar fue abrazado por este, luego subieron al auto y fueron al hotel.

Y mientras el auto se alejaba, a espaldas de este, se distinguía una silueta transparente viendo el auto alejarse, sonriendo con lágrimas y desvaneciéndose en el viento, había escuchado todo.

También te voy a extrañar taquito, nunca olvidaré nuestra historia, lo que tuvimos...Algo inolvidable.—dijo para volver a desaparecer.

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┆๑•𝙰𝚕𝚐𝚘 𝚒𝚗𝚘𝚕𝚟𝚒𝚍𝚊𝚋𝚕𝚎•๑┆✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora