Capítulo XXII

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~•°✨🍁°•~

Cuando terminó el funeral, se devolvieron al hotel...el mexicano estuvo en silencio todo el camino, una vez llegaron, pidió nuevamente si lo podían dejar solo...lo que se hizo.

Mex caminó a pasos lentos hacia el cuarto donde ambos dormían, abrió el armario y buscó alguna prenda de su pareja... encontró un poleron, tenía su aroma. Se lo puso, aunque le quedaba un poco grande pero era calentito así que se aferró a aquella prenda.

Volteó a ver el armario otra vez y se percató de algo, había un objeto ahí...una caja. Con algo de curiosidad la tomó, era roja y pequeña, no quería ser entrometido pero solo lo abrió...

Sus lágrimas no tardaron en aparecer una vez abrió aquella cajita, soltó un sollozo viendo aquel bello objeto.

Era un anillo de compromiso.

El chileno le iba a pedir matrimonio.

Se desplomó llorando abrazando el anillo, era hermoso...gritaba a los cielos que por favor le devolvieran a Chile, estaba demasiado destrozado...más sabiendo que su amada pareja se quería casar con él. México estaría encantado de haberle dicho que si.

Así fue como la muerte dejó un suave beso en su frente al apartarle el amor de su vida.

El se había ido de su lado...su corazón no había resistido más...se había ido. Y no pudo decirle...lo mucho que lo amó todo este tiempo y que si lo escuchó...

Cayó de rodillas al frío suelo...estaba deteriorado, era incapaz de creer que esto había acabado ¿Por qué? Se preguntaba...aún con lágrimas cayendo de mis ojos, alzó la vista al sentir unos suaves ligeros rayos de sol en su rostro, estaba atardesciendo.

Los leves rayos de sol se iban apagando, dando a conocer que anocheceria en unos minutos, veía el sol cada vez más oculto, y cerca del sol, se empezaron a asomar pequeñas estrellas, la mayoría juntas...pero sobre estas, se notaba una pequeña estrella solitaria...ohh...su estrellita solitaria... ahí estaba, ahora no estaba con él, estaba junto a las demás estrellas y junto al sol.

Estuvo un rato llorando en el suelo, hasta que logró calmarse...se levantó y aún utilizando ese poleron, se tiró en la cama abrazando el anillo, y así intentar dormir un poco.

(...)

México

Había entrado en un profundo sueño, toda esta mezcla de sentimientos y no saber que hacer me había agotado mentalmente...

En el "sueño" que estaba entrando, pude sentir que mi cuerpo flotaba...me sentía ligero como una pluma, observaba a mi alrededor pero solo veía negro, aunque sabía que no estaba ciego ya que podía ver mis manos y mi cuerpo...

Analicé el lugar de donde estaba hasta que escuché una voz...

Esa voz...

No sé en que momento las lágrimas empezaron a caer de mis apagados ojos... seguía oyendo su voz, al parecer eran risas y en algunas ocasiones me estaba llamando, veía hacia todos lados pero no lograba verlo...

¡Mexi!

Alzo la vista y allí está...con ese cabello tan rebelde que ningún cepillo puede controlar, esa larga cola que lo delataba siempre que estaba emocionado, ese único ojo dorado que portaba, y ese parche que nunca se atrevió a quitarse por vergüenza a miradas ajenas, aunque yo ya lo haya visto sin el, para mi seguía siendo el...¿No podía ser más lindo?

— No sabi como me alegra que hayai' despertado...

— Y tú no sabes cuánto me alegraría que estuvieras aquí...—contesté intentando controlarme.

— Sabes que ya es muy tarde para eso...¿No?—asentí lentamente.

No lo estaba viendo en carne y hueso, se veía igual que un espíritu, pero se delineaba todo su cuerpo y sonrisa.

— Hey...no te preocupi'...vai' a estar bien.

— Es que...no quiero estar solo...

— Nunca vai' a estar solo Mexi, yo siempre voy a estar acá.—su mano transparente tocó mi pecho, en el corazón.

— Yo estaré contigo ahora y siempre weon, te lo prometo...

— Enserio nos harás mucha falta a todos...

— ¿Todos?...—me miró confundido.

— Ehe... Todos te extrañamos mucho, los chicos siempre te han querido, lograste obtener la amistad que querías reparar...—juré haber visto que su figura transparente derramó una lágrima de felicidad.

— Je...por fin lo logré... también los extrañaré...pero mientras me recuerden con alegría en anécdotas felices...es suficiente.—acarició mi mejilla con suavidad aunque apenas se sentía.

— Ich liebe dich mexi...—susurró cerca a mi oído.

— ¿Qué significa?...

— Te quiero...pero yo te amo...y mucho.—sonreía tranquilo, su sonrisa no era fingida.

—He...yo también... demaciado...—me resistía a llorar otra vez pero era inevitable.

— Hey... tranquilo, nos volveremos a ver algún día...

— ¿Cómo?...—pregunté confundido.

Pero él no alcanzo a responderme, ya que justo en ese momento se escuchó una voz pronunciando el nombre de él, la voz era femenina...¿Quién era? Veía a todos lados y al parecer, Chile también buscaba a quién lo llamó...

— Hijo...—volteamos a ver y...estaba la madre de Chile frente a nosotros.

Chile empezó a derramar más lágrimas de felicidad y una enorme sonrisa se formó en su rostro.

— ¡Ñuque! (Mamá)—corrió hacia ella y ambos se unieron en un abrazo, me sentí tan feliz verlo reunirse con ella...me recordaba a mi con mi madre...

— Mari Mari lamngen (hola)— no entendí muy bien lo que dijo pero supuse que era un saludo ya que ella me hizo un gesto con la mano.

— Hola señora...—le respondí.

— chaltu may (muchas gracias) por cuidar a mi pequeño...—se acercó a mí aún con el chileno aferrado a ella y me limpió unas lágrimas...tal como lo hacía mi madre...sentía que iba a llorar de nuevo...

— Siempre lo haré... extrañaré a su hijo señora...—dije sonriendo un poco.

— Él estará contigo, no te preocupes...—me dijo cariñosamente.

Sentí un ligero viento chocar en mi rostro y cerré los ojos un momento tratando de usar dicho viento para relajarme y no volver a llorar...cuando los volví a abrir, pude ver que Chile, el que estaba al frente mío, ya no era el mismo...se veía como una pequeña colonia, un niño pequeño que me sonreía con inocencia...

Bajé la mirada y me di cuenta que estaba vestido con ropas antiguas y mi cuerpo era más pequeño...como si...volviéramos a ser niños.

Chile me miró y me abrazó fuerte...correspondi mirando detrás de su espalda como su, ahora pequeña colita se movía con alegría...

Me soltó y tomó la mano de su madre, ella me sonrió y ambos empezaron a caminar sin rumbo pero se iban alejando de mí...chilito volteó hacia mí y sacudió su mano en forma de despedida, hice lo mismo...

Entonces desperté.

Veía el techo de la habitación, extendí mi brazo hacia el otro lado de la cama, sintiendo un frío vacío... suspiré y respiré calmadamente para relajarme...me decía a mi mismo que el iba a estar bien...

No es un adiós, es un hasta pronto...

🍁 °•Fin•° ✨

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Falta el epílogo banda :]

┆๑•𝙰𝚕𝚐𝚘 𝚒𝚗𝚘𝚕𝚟𝚒𝚍𝚊𝚋𝚕𝚎•๑┆✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora