Capítulo 44

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*Narra Dani*

Llegamos a Madrid y llegamos al piso de Tania. Ella subió su maleta y comimos allí.

-Buuff...estoy reventado.- Tania me arrastró arriba.

-Acuestaté boca abajo y ahora vengo.- hice lo que me dijo.- Hay algo que no sabes de mi...

-¿Y que es?- pregunté curioso y ella sonrió.

-Que se me da muy bien hacer masajes.

De repente noté algo frío por la espalda y ella empezó ha hacerme el masaje. Solo con rozarme se me puso la carne de gallina y ella se rió. De vez en cuando la miraba de reojo y me entraba la risa al ver su cara de concentración.

-Acabé.-se acostó sobre mi mientras yo seguía boca abajo y empezó a quedarse dormida poco a poco, entonces me moví con cuidado y la acosté a mi lado y empecé a acariciarle el pelo y la espalda hasta que se quedó K.O.

Me levanté y le dejé una nota y me dirigí a casa. Cuando llegué, dejé la maleta y al instante llamaron al timbre.

-Hombre el desaparecido ha vuelto.- dijo David.- ¿Y todo esto?¿Que te traes entre manos?

-Hola bro.- nos abrazamos.- Voy a decirle a Tania que se venga conmigo a vivir. Tengo que acabar de preparar lo que me queda.

-¿Te ayudo?

-Sí, necesito que vayas a la ferretería a buscar la copia de la llave y al lado de la ferretería esta la joyería, tienes que recoger las cadenas.

-Okey bro, en una horita vuelvo.

-Gracias de verdad.

Se fue y subí a preparar la ropa que iba a ponerme. Saqué la camisa blanca y los pantalones negros y me fui a la ducha. La verdad que estaba muy nervioso, ella es la chica, con ella todo es mejor, tengo un motivo por el que sonreír y la verdad, no me podría imaginar una vida sin ella. Salí de la ducha y me sequé el pelo, entré en la habitación y me puse la ropa interior y me vestí. Al cabo de un rato llevo David con lo que le pedí.

-Gracias bro.

-De nada tío, por mi hermano lo que sea.- nos abrazamos y el se despidió. Entre cosas y otras llegó casi la hora de que llegara.

*Narra Tania*

Me desperté sola, me desperecé y me levanté cogiendo mi móvil. Bajé al comedor y en la mesa había una carta, la cogí y la leí en voz alta.

-Hola pequeña, siento haberme ido sin avisar pero tenia que ir a preparar esa sorpresa que te dije...Así que arreglaté y ponte más guapa de lo que ya eres. A las 9 pasará Álvaro a buscarte.
Te amo con locura princesa.

Sonreí como una idiota y en seguida me fui a la ducha con la música a todo volumen. Salí de la ducha y me puse la ropa interior con una camiseta enorme, cogí un taburete y me senté enfrente del aseo, saqué los rizadores y el secador y empecé a hacerme el pelo. Después me maquillé los ojos simplemente con rímel y la raya de dentro y me pinté los labios de un color oscuro. Me dirigí al armario y me puse un vestido blanco de palabra de honor y una falda con mucho tul corta, me calcé los tacones blancos y dorados y bajé al comedor a esperar a Álvaro. La verdad que estaba muy nerviosa, no tenia ni idea de lo que me había preparado, ni siquiera me hacia la idea de que podría ser.

Sonó el timbre y fui corriendo a abrir.

-Wooow, estás preciosa, Dani se va a quedar alucinado.-dijo dándome una vuelta sobre mi misma y sonrojandome.

-Gracias Álvaro.- le di un abrazo.

-¿Vamos? Dani tiene que estar ansioso.- asentí.

Bajamos hacía el coche y me abrió la puerta y no dirigimos a casa de Dani. Yo empecé a mirar por la ventanilla, Madrid por la noche era preciosa.

-Hemos llegado a su destino señorita.- me reí y salimos del coche, Álvaro me abrazó.

-Disfruta mucho.- yo asentí y le sonreí.

Subí hasta arriba y la puerta estaba entornada, entré en silencio y vi a Dani de espaldas. Me acerqué a él y le puse las manos en los ojos.

-¿Quien soy?

-La chica más guapa del...- se giró y me miró, se quedó callado.

*Narra Dani*

Estaba muy nervioso, Álvaro me mandó un whatsapp diciéndome que ya subía, así que dejé la puerta entornada.
De repente alguien me tapó los ojos.

-¿Quien soy?- sonreí cuando me susurró.

-La chica más guapa del...- me giré y me quedé embobado viéndola, me quedé en blanco, estaba preciosa, parecía un ángel.- E...estás pre...preciosa.

-Gra...Gracias.- se sonrojó, yo me acerqué a ella y la besé.

-¿Quieres cenar?- asintió sonriendo y mirándolo todo.

Nos sentamos y cenamos solo con la luz de las velas y la voz de Ed Sheeran de fondo. No dijimos palabra en toda la cena, simplemente nos mirábamos detalladamente. Acabamos de cenar y empezó a sonar Photograph, me levanté y le cogí de la mano y comenzamos a bailar pegados. Tenía su cabeza en mi pecho y nos movíamos lentamente. Ella me miró y pasó sus brazos por mi cintura y me besó sin dejar de bailar, y yo le seguí el beso poniendo mis manos en sus mejillas. Cuando acabó la canción nos separamos sonriendo.

-Te amo.- dije aún manteniendo mi frente unida a la de ella y con mis manos en sus mejillas.

-Y yo.

Fui y cogí la cajita con la cadenita y la llave. Me arrodillé delante de ella.

-Tania...eres lo mejor que me ha pasado en la vida, no puedo imaginarme una vida sin ti, Te necesito, te necesito tanto, no quiero perderte nunca. Cada vez que te vas, empiezo a echarte de menos y ahora, lo único que quiero es que despiertes conmigo cada mañana, poder verte dormir, poder verte concentrada mientras ves la tele o escucharte cantar cuando cocinas. Quiero que seas lo primero que vea cuando abra los ojos. Quiero que vivas conmigo.

Se quedó callada y sonriendo mientras le caían las lágrimas, se agachó a mi altura y me besó, me hizo sentir como si estuviera en el cielo, por un momento me olvidé de todo.

-Estoy deseando mudarme.- me susurró mientras lloraba. Sentí una alegría que no me cabía en el pecho y la cogí y empecé a darle vueltas por el aire.

-Me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo. Te amo, te amo, te amo.-dije volviendola a besar.

-Y yo Blue.-dijo sonriendo. La abracé y ella me volvió a obesar, cada vez era más intenso.

La subí en brazos sin dejar de besarla, notaba su corazón latiendo a la par que el mío. Llegamos a nuestra habitación y ella empezó a desabrocharme la camisa con mucha delicadeza mientras yo le besaba. Me fue quitando la camisa mientras yo le iba desabrochando el vestido. Me quité los zapatos y los pantalones sin dejar de besarnos y cariciarnos. No nos hicieron falta las palabras para expresar lo que sentíamos el uno por el otro.

Algo más que una mentira (Dani Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora