*Narra Álvaro*
Estábamos todo en la puerta del hotel, nosotros pensábamos como ponernos en las habitaciones, Tania hablaba con Rafa por teléfono, hasta que vino Magí.
-Tania, tenemos un pequeño problema...-dijo Magí.
-¿Que pasa?-dijo ella.
-Que tendrás que compartir habitación con alguno de ellos.- dijo Magí. Tania nos miró.
-A...A mi me da igual.-dijo Tania sin saber que decir.
-¿Lo hechamos a suertes?-dijo Carlos.
-Vale.-dijeron todos.
Tania nos miró y comenzó a reirse a carcajadas.
*Narra Tania*
De repente vinieron los recuerdos a mi mente, cuando mis cuatro amigos de toda la vida y mis amigas se peleaban al hacer los equipos de fútbol en gimnasia y hacíamos los concursos. Le echaba de menos, para que mentir, hacía ya 2 años, pero a quien más hechaba de menos era a mi hermana no de sangre, Ania. Cuando me di cuenta me cayó una lágrima pero enseguida la limpié.
-Magí, mientras ellos se deciden voy a dejar mis cosas, ¿vale?- él asintió. - Dime el número
-És la número 123 y toma la llave.- me dijo Magí.
-Gracias.
Me subí corriendo y entré en la habitación, y me tiré en la cama y me puse a llorar, siempre había estado muy unida a mis amigos y a mi familia y ya no aguanté más y exploté. Al rato noté que había alguien, y decidí ver con quien me había tocado.
-Hola Ta...- dijo Álvaro.- Tania, ¿has llorado? ¿Que te pasa?
-Na...Nada, sólo es que...echo de menos a mi familia, a mis amigos, a Ania...- Álvaro me abrazó.- Gracias Álvaro, lo necesitaba.
-Tania, te entiendo, a mi también me pasa lo mismo.- dijo Álvaro.- ¿Que te parece si vamos con los demás y te animas un poco? Y de paso anima a Dani, no le ha sentado muy bien que ganara yo... Jajajajaja.
Yo me sonrojé y asentí. Bajamos con todos y nos fuimos a comer ya que todos teníamos hambre. Comimos entre piques, risas y bromas. Al acabar de comer comenzamos ha hablar sobre lo que haríamos esta tarde.
-Oye, ¿que os parece si vamos a la piscina?
-Siiiiiii- dijeron todos menos yo. No me gustaba que la gente me viera en bikini y menos si eran todo chicos.
-Vale...-dije yo un poco insegura.
-Pues vamos a cambiarnos.-dijo Blas.
Cada uno subió a sus respectivas habitaciones, primero se cambió Carlos y luego fuí yo. Me pusé un bikini rosa fosforito con flecos y las chanclas, cogí la toalla, me tapè entera y nos dirigimos a la piscina.
Nada más llegar todos se fueron de cabeza a la piscina y yo me quedé sentada con la toalla por encima observándoles, no se como en tan poco tiempo les he cogido tanto cariño.