Charla padre hija

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Narración normal:

La sala quedó en silencio, ambos albinos solo se miraban el uno al otro, sin decir ni una palabra o moverse un centímetro.

Inko: Destino? Mundo? - se cruzó de brazos, intentando entender bien lo que había dicho - Padre, por muy raro que sea lo que creas que posee Izuku, lo que dices es exagerar, demasiado. - hablo sin creerse sus palabras, pues claro, que venga alguien que no ves hace tiempo, a decirte que de tu hijo depende el mundo, no es algo muy creíble.

Hiromasa: Me imaginaba que reaccionarias así, siempre te costo creerte las cosas. - inhalo y exhalo aire, en un intento de reprimir sus emociones y pensamientos - Quisiera estar exagerando Inko, también me gustaría que lo que digo fuera mentira. - extendió ambos brazos hacia sus costados, como si estuviera deteniendo algo - Ustedes cálmense, no necesito caos ahora. - ordeno agotado a aparentemente nada.

Inko: Padre, que te sucede? Tu no eres así, siempre fuiste severo y racional ante todo, ahora hasta alucinas cosas. - miro confundida al anciano sentado en el piso, quien bajo sus brazos y un poco la vista al escuchar esas palabras

Hiromasa: Cierto, tu nos los ves. - se levanto ayudándose con sus manos, dirigiéndose al pequeño estante que se encontraba allí

Abrio el primer cajón de este, sacando unas gafas con forma cuadrada y un marco color morado

Se acercó a Inko y le extendió dichos lentes, esta los acepto algo dudosa y empezó a verlos con detalle

Hiromasa: Descuida, esto es temporal, probablemente luego te conseguiré lentes de contacto, por ahora arreglatelas con eso. - camino hacia donde estaba sentado antes

La peliblanca terminó por ponerse las gafas, levanto su pelo y colocó los enganches sobre sus orejas

Al instante que abrió los ojos, gracias a que los había cerrado para que sus mechones no la molestasen, vio algo inesperado

Apoyados en el suelo, algunos acostados, había una gran cantidad de criaturas amontonadas, algunas con colmillos, otras con ojos de insecto, un par de con varias patas, definitivamente, esas cosas no eran algo normal.

Apoyados en el suelo, algunos acostados, había una gran cantidad de criaturas amontonadas, algunas con colmillos, otras con ojos de insecto, un par de con varias patas, definitivamente, esas cosas no eran algo normal

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Aterrada se tropezó intentando retroceder, cayendo directo al suelo dando la espalda contra la puerta, miraba con miedo a las criaturas

Inko: A-Ah....- la mujer no era capaz de formular una palabra, ese era el shock que tenía en el momento.

Hiromasa: Descuida, son pacíficas, por algo les permito estar aquí, no te harán daño. - hablo sin verla, acostumbrado a estos seres por su casa - En serio, nunca te preguntaste porque la casa era tan grande? Esta repleta de ellos.

Inko: Qu....Qu-Que...- fue lo único que llegó a decir, pues le costaba procesar la idea, toda su infancia, creció rodeada de estas cosas?

Hiromasa: Me empecé a acostumbrar a ellos una vez obtuve mis lentes de contacto. - aclaro - Son maldiciones, surgen de las emociones negativas de las personas, solo gente con energía maldita puede verlas naturalmente.

Izuku: El heredero de los seis ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora