Izuku: El heredero de los seis ojos.

Ayuda necesaria.

Narración normal:

"Hua! Hua! Hua!"

Lanzando golpe tras golpe al aire, se encontraba nuestro pequeño protagonista, Izuku.

Repetía los golpes continuamente, mientras una capa de energía maldita rodeaba sus puños, pero se notaba que le costaba mantenerla.

Mirando de lejos, Hiromasa estaba sentado observando su entrenamiento, con una expresión de decepción en su rostro.

Hiromasa: "Ya veo, si bien tiene todas las características necesarias, parece que aún no ha despertado el Rokugan, probablemente por la tosca manera que tiene de hacer fluir la energía y lo reciente que fue su despertar..." - penso intentando encontrar una explicación a la situación - Izuku! Ven, puedes detenerte!

Izuku: Por fin! - respondio al llamado agotado, llevaba como 20 minutos lanzando golpes a la nada.

Hiromasa: Veras, Izuku. - empezó a hablar, su nieto ya se había acercado lo suficiente como para escucharlo con claridad - Tus habilidades actuales son lamentables. - dijo de manera sincera

Izuku: Eh...- puso cara de póker por las palabras de su abuelo, ya conocía realmente bien esta parte de él.

Hiromasa: Tu control es impreciso, la cantidad no mucha, y tu estilo de lucha horroroso. - continuo con lo que estaba diciendo - Ayer lo estuve pensando y ya lo tengo preparado, no lo había terminado de concretar por si resultabas tener una buena habilidad. - saco una libreta de dentro de su kimono y la abrió, leyendo de esta

Vas a tener un maestro.

Aviso levantando la vista del libro mirando al peliblanco, que causó una reacción bastante peculiar en el.

Una cara de desagrado total ante esa propuesta.

Izuku: E-Espera! Pero pu-puedo practicar yo solo, avanzo rápido! - intento desesperadamente salvarse de eso

Hiromasa: Ya está decidido Izuku, lo conocerás hoy en la tarde junto a un compañero tuyo, no quiero quejas. - hablo con una mirada severa sabiendo lo que intentaba hacer el niño.

Izuku: Uh....- quedo paralizado al saber su inminente destino

El chico nunca fue de maestros, generalmente todos se basaban en darle palmaditas en la espalda por cualquier estupidez que hiciera, dándole ánimos cuando no lo necesitaba o explicándole cosas que el podía saber solo mirando, sumando algún intento ocasional de conquistar a su madre.

Verdaderamente, avanzaba más rápido por su cuenta, como dice el dicho "Mejor solo que mal acompañado"

Pues Izuku no quería esa compañía.

Izuku: Al menos me prometes que no intentara conquistar a mamá?

Hiromasa: Es un hombre casado Izuku. - respondio a la pregunta con un tono monótono, no le sorprendía mucho que se preocupara por eso. Más de una vez en la adolescencia de Inko tuvo que echar a algún patán de su casa, con el en vida no existía la historia de Romeo y Julieta.

Y solo porque Inko se mudó fue que Hisashi tuvo una oportunidad.

Nuestro protagonista suspiró, al menos tenía un problema menos del que preocuparse.

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Más tarde ese mismo día, el chico estudió de su ya conocido libro, gracias a que su abuelo le permitió quedárselo.

Estaba dentro de la residencia con una televisión frente a el, una de las maldiciones reposaba sobre sus piernas, siendo acariciada por el albino.

Y esta haciendo exactamente lo que ustedes piensan que hace.