Sacrificios

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Mientras Hermes llegaba a ese aposento dónde le esperaban reina y lacaya, fuera del templo y angustiada por sentir aquella presencia que se avecinaba, Ilitia salía a los jardines frontales y frotándose los brazos le dio espera, con una sonrisa nerviosa y suplicante en vano intentaba cambiarla por una cálida, mientras se veía en la fuente, pero irremediablemente se estremeció cuando el ambiente se tornó frío y atinó a cerrar los ojos y apretar el abrazo que se daba a sí misma

Lo sintió tras ella, pero seguía sin sentirse capaz de abrir los ojos, aun así, quiso ser la primera en saludar y aparentar calma dónde su corazón no tenía, pero al abrir la boca, un sollozo adolorido se escapó de sus labios y tuvo que apoyarse en la fuente dónde había visto su reflejo los últimos minutos.

Apretó los dientes adolorida cuando sintió que le estrecharon el hombro, supo que era el momento de abrir los ojos y afrontar lo que había salido a buscar, inhaló, exhaló y fijo la mirada en el reflejo. La sombría presencia terminó por materializarse a su lado e intrigado la veía a ella, mientras ella veía el reflejo de ambos, como para verse soltada y solo el desliz de las alas ajenas rompieron el silencio

Las escuchó recogerse para sentarse en el muro de la fuente, la mano en la piedra caliza era una invitación a hacer lo mismo, como antes, casi como señal de tregua, en promesa a no hacerle daño, pero sabiendo la mirada prohibida que se ocultaba tras la venda en los ojos, Ilitia extendió la mano y le rozó la mejilla con cuidado como disculpa silenciosa a mostrarse asustada ante quien lo que menos esperaba es que ella le temiera

-Buenas noches, querido amigo- pudo saludar la castaña finalmente, sentándose a su lado

-¿Qué te aqueja?- dudó sin rodeos la muerte- duele verte así- reconoció y eso aprisionó de nuevo y repentinamente el corazón de la princesa, que llevó la mano al pecho como si pudiera tocar el dolor- nunca es grato encontrarte en mis encomiendas- reconoció incómodo de saberse causante de aquello

-Podrías hacer una excepción- musitó buscando la mano ajena que se dejó estrechar, helada, pálida, pero firme que sostuvo el agarre- es tal vez la última oportunidad que tengan de volver a ser felices, volver a ser como recuerdo que eran- soñó y sonrió ilusionada- he vuelto a ver a mi madre añorando ese porvenir- prometió y él por su parte alzó las cejas contrariado y negó- sé que aún se aman, cada vez un poco menos, pero sé que pueden tomar esa pequeña flama y revivir el amor que se tenían- insistió y le vio volver la vista al frente- sé que es tu designio, sé que no debería estarte pidiendo que lo hagas, que estaría interfiriendo en los planes del destino, pero Thanatos- llamó suplicante

-No lo entiendes- zanjó antes que insistiera, pero haciendo una excepción por tratarse de ella, giró hacia ella en lugar de quedarse ajeno al sufrimiento divino- si dejo que se quede, estará al servicio de Eris, no es lo que crees que es, no proviene de dónde crees, su llegada no traerá lo que sueñas- se explicó del mejor modo que encontraba sin revelar los misterios del destino- en mi reino estará a salvo del destrozo que causará en superficie por su mera existencia- ofreció e Ilitia le miró con frialdad, ante eso exhaló, no quería reñir con ella, pero defendería su designio si debía hacerlo- yo no interfiero en tus vidas, no interfieras en mis muertes, no intercedas por algo que no entiendes y sin duda, no me pidas que lo haga yo, porque no lo haré- impuso levantándose, pero antes de avanzar la sintió aferrada a su túnica- no te hagas esto Ilitia, no vayas a suplicar, será en vano- pidió girando a verla

-Deja que me quede esa vida- pidió con lágrimas en los ojos

-Esa vida, debe vivir en mi reino- condenó sabiendo la orden que había venido a cumplir

-El reino de Hades- aclaró con severidad, intentando ser hiriente y provocarle- ¿te proclamas superior a tu señor? ¡Él es el rey!- echó en cara

-Mi reino, Hades es mi soberano, pero su reino estaría vacío sin mí, creo que tengo potestad para proclamarlo mío- recalcó con poderío abriendo las alas para cubrirla en ellas quedando ajenos a la vida exterior- no hagas esto Ilitia, no intentes que me desquite contigo y ni siquiera te esfuerces por oponerte a mí, soy inevitable- le recordó y la sintió aferrarse a él pese a su advertencia, lo escuchó exhalar- interfieres en vidas que no entiendes, querida amiga, este no es tu asunto

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⏰ Última actualización: May 30, 2022 ⏰

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