Ferviente Tentación [Pausada]

Furia Venus

-¿Qué?- exigió la diosa que le repitiera segura de haber oído mal- deliras querido- insistió intentando volverse a recostar sobre él, viéndose empujada suavemente, para que se quedara de su lado- ¿ha pasado algo?- insistió con puchero y mano en el pecho

-Eso, que no voy a seguir viniendo- repitió Hermes lo dicho, pero esta vez, viendo el techo mientras la mente volvía a ser suya y pasaba el elixir que ofrecía Afrodita a todos sus invitados- es muy efectiva tu pócima, deberías dársela a Hefesto- echó en cara soltándose de ella para sentarse en la cama dándole la espalda a la diosa

-¿Cómo te atreves a nombrarse ese infame ser? No divagues ladrón, te burlas de mí- recalcó poniéndole la daga que cargaba Hermes en el cinto y había dejado en la mesa de noche, cuando llegó a la madrugada a su lado- ¿Crees que puedes decirme tal cosa y salir ileso?- retó colérica tomandole del hombro y halando para dejarle de nuevo tendido en la cama disgustándose aún más cuando le sonrió con burla

-Baja eso, Afrodita no sabes usarlo- burló apartándole la mano del cuello- y sí, me atrevo a nombrarlo... y es una parte crucial de porque lo decidí, Hefesto no es malo, Afrodita- le aseguró sentándose hacia la cabecera de la cama, intentando que entrara en razón- no se merece esto, ni el trato que le das, ni el engaño y tú lo sabes- acusó antes que contradijera o rompiera en llanto inventando historias que ninguno de los dos creía, sobre lo ruin y vil que era el herrero con ella- sabes que él te complace cada capricho, se desvive por ti, te idolatra más que ningún otro ser y tú le pagas así, es más, ¡Yo te ayudo a pagarle así!- renegó logrando que ella también se levantara y su mirada lila se volviera violeta con cada segundo que fruncía el ceño antes de sonreír y acariciarle el cabello

-Hefesto es un monstruo- juró con una sonrisa tierna besándole el mentón- hace llorar a los niños cuando los ve, tiene lo que merece- aseguró convencida de ello

-No- le zanjó tomándola de los hombros apartándola- te tiene a ti, y no es justo para él, ni las burlas a las que le expones, ni la espera eterna a que tan siquiera le permitas acercarse a ti y tampoco que yo te ayude a hacerlo, escucha, la eternidad es muy larga para seguir este juego, simplemente voy a dejar de venir, ya me encontrarás remplazo, no te costará trabajo, lo prometo- ironizó para oír una risa cantarina y tirriosa de la diosa que se acomodó el cabello tras las orejas

-¿Ahora son amigos?- burló sentándose encima suyo con la mirada desbordante de amenazante brillo- ¿ahora la lealtad a la amistad te ha frotado?, a ti, maldito embustero, a ti, dios del engaño- le recordó con burla sin creerle capaz de sentir algo así, por nadie

-Sí, a mí- le zanjó en advertencia de no permitirle burla a sus designios- y no somos amigos, tampoco podremos volver a serlo, pero alguna vez lo fuimos, antes que tú te pusieras en medio

-¿Ahora soy la culpable? Es él, el abominable hombre y ¿la mala soy yo?- fingió indignarse llevando la mano incluso a su pecho y un pequeño puchero surgió- soy la victima aquí, en caso que lo olvidarás cariño- le recordó cruzada de brazos

-Hefesto no es malo y sabes que no, no me vengas con esa farsa Afrodita- le refutó molesto logrando que ella dejara de jugar y empezara a ofenderse- ¿Por qué es malo? ¿Te maltrata?- confrontó y ella negó con desdén acariciándole el cabello- ¿te ha tomado por la fuerza? ¿Te grita? ¿Tan siquiera te mira mal? Sé que no, ¡es que ni siquiera cuando te descubrió con Ares se vengó de ti realmente!, pudo deformarte a golpes y lo único que hizo fue mirarte con pena y dolor a que lo traicionaras e intentó en vano humillarte por intentar recobrar algo de su orgullo- le recordó y ella se rio tomándole de los hombros

-¿Sabes que más recuerdo?- interrumpió con una sonrisa insolente aún en su rostro- Que no acababa de irse Ares, cuando te me acercaste... ¿Por qué no pensaste en Hefesto en ese momento? Te diré porque, sabías que merezco más que Hefesto, que soy demasiado para él- atacó sin perder la sonrisa de sus labios