Estaba en mi cuarto pensando en ese chico, joseph, al recordar cuando me tropecé por el paseo pensé que fui un poco borde con el chico,el había sido simpático y en cambio, yo había reaccionado de forma negativa y no quería saber nada de el.
En ese momento me comencé a marear,sentí que todo mi cuerpo se dormía y entonces caí rendida a dormir.
En el sueño estaba en mi habitación, pero estaba cambiada.Las paredes eran de un color amarillento. Donde debería estar la cama había un pequeño escritorio lleno de papeles, justo en frente una silla alargada y ancha, y a los lados solamente habían estanterías con muchos libros.Me acerqué al escritorio y allí encontré un papel con mi nombre,Keira.
solo pude leer eso, los demás papeles y cartas estaban en un idioma que no pude entender. De repente el sueño cambió. Ahora estaba en un campo en medio del bosque, cuando escuché un ruido extraño detrás de un matorral a mi izquierda. Decidí ir a ver que era, me acerqué con cuidado para no hacer ruido cuando vi una silueta que se acercaba a mi.
-¿que haces aquí?-Dijo joseph
-Genial,-murmuré-Esto se ha convertido en una pesadilla-.
-¿Que pesadilla?- me contestó Joseph con intriga.
No dije nada y cerré los ojos intentando despertar. Volví a abrir los ojos y me quedé frustrada al no conseguir despertar.
-¿crees que esto es un sueño?- preguntó Joseph
-¿que iba a ser si no?- le respondí yo.
-ven quiero enseñarte algo- me dijo él mientras me agarraba del brazo y me llevaba al bosque.
El me llevó hasta un lugar hasta un lugar donde había una pequeña charca
con ranas y esas cosas. El suelo estaba verde y muy vivo.
A lo lejos había una pequeña caseta, la puerta estaba entre abierta y pude ver como a la entrada habían unas escaleras hacia abajo.
-Ven, tenemos que entrar- me dijo Joseph tirando de mi otra vez- ellos nos esperan.
-¿ellos? ¿quienes?- le pregunté
- por favor, deja de hacer tantas preguntas, es irritante- me dijo poniendo una cara de incomodidad.
-perdón, ya paro. Pero piensa que esto para mi es muy extraño- le dije mordiéndome el labio. Es un tic que tengo desde pequeña, no me gusta nada, pero que le voy a hacer.
Sin decir palabra me llevó a dentro y mientras bajábamos las escalerillas que había visto antes, me choque con un farolillo que colgaba del techo, provocando que cayera al suelo.
-siempre te estás cayendo- protestó Joseph- procura no hacer mucho escándalo.-
-ya, es fácil decirlo, pero prueba tú a chocarte con una farola, hace daño ¿sabes?
- Deja de quejarte, ni que tuvieras tres años.
Llegamos abajo, donde había una gran mesa de piedra en el centro y alrededor habían seis sillas de madera.
-espera aquí- me ordenó Joseph.- voy a buscarles.
-¿pero a quién?- le contesté ya frustrada.
-Tú calla y espera, ahora vengo. Al cabo de unos cinco minutos apareció Joseph con cuatro personas, no les veía muy bien pero sus caras me eran familiares.
después de que todos se sentaran una mujer, cuyo aspecto casi podía reconocer,chasqueó los dedos y apareció toda clase de comida. Todos empezaron a comer excepto yo que estaba intentando asimilar la situación. Entonces exploté a preguntas:
-¿quiénes sois? ¿ que hacéis aquí? mejor dicho ¿que hago yo aquí?
-todo a su tiempo, mi querida Keira- me dijo la mujer
-¿como sabe usted mi nombre?
-por favor ¡para ya de hacer preguntas, estas poniéndome nervioso!
-tranquilo joseph,no es para tanto-Dijo un hombre que hasta ahora no había hablado.
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Mi nueva vida
HumorKeira, una adolescente como cualquiera, alborotada por las hormonas femeninas típicas de las 16 añeras, no es una chica corriente, ya que en su memoria está oculto algo que solo ella puede saber, bueno, ella y su madre Jocelyn que murió en un accide...