Capítulo 4

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Enfadada por su actitud salí de la biblioteca y vi que alguien esta fijando su vista en mí.

Decidí pasar de ello y me dirigí a clase de algebra

- espera Keira- me agrarró del brazo Ginny

- ¿que quieres ahora?- respondí cabreada

- quiero que nos llevemos bien- dijo ella muy convencida <<pobrecita>>pensé << se va a llevar un gran disgusto >>Pero luego me dió pena.

-Bueno, vale, acepto, ¿tienes planes para esta tarde?- No me juzgueis lo ruego, tenía una carita cuando me lo pidió.
-¡Al centro comercial!- chilla ella tirándome
del mismo brazo del que me había agarrado.
-Espera, tengo clase.-
-tranquila, esto lo arreglo yo-. Cojió su móvil mientras me soltaba el brazo y tecleaba algo . abrí la boca para preguntar pero me arrepentí y no dije nada.
-¡ya! arreglado, vámonos.- volvió a agarrarme del brazo que tenía ya rojo.
Por el camino, claramente conduciendo ella, no paró de hablarme de sus gustos de música, los chicos con los que ha salido (y creedme, no han sido pocos)...

***

-¡Por fin llegamos!, no te ofendas, pero no has callado en estos veinte minutos ni para coger aire.- le digo sinceramente a Ginny.
- No es mi culpa que sólo yo tenga vida social.- me responde ella con el mismo tono.
-Perdona, pero para tu información, tengo muchos amigos-
-¿a si? nombrame uno-. Intenté pensar rápido un nombre chulo pero solo me salían cosas estúpidas.
-emmm... Ralph- ¿Ralph? ¿por que Ralph?
-te lo acabas de inventar-
-¡que va!- intenté fingir rápidamente cara de enfado- en todo caso, tampoco te importa.-
-Bueno vale, acabemos con esto, no quiero pelear más-
-¿que dices? si a ati te encanta pelear conmigo...- Fui interrumpida por un chillido de Ginny-
-¡Me encanta esa tienda, vamos!- me tiró del brazo haciendo que se me pusiera más irritado y dolorido y me tiró hasta una tienda que creo que se llamaba Zara.
-¿por que me llavas ahí? sabes que odio esa ropa- dije yo cruzándome de brazos.
-venga, y luego vamos a donde tu quieras- ya antes de que pudiera decir nada más me volvió a coger del brazo y antes de darme cuenta ya estaba en la tienda.
Mientras Ginny se probaba muchísima ropa, yo me limitaba a sentarme en una silla de brazos cruzados y preguntandome de donde sacaría Ginny tanto dinero como para comprarse toda esa ropa.
-ven Keira, quiero que te pruebes algo- me dice Ginny llevándome hacia el vestidor
-no, eso si que no- le dije negándome a dar un paso más-
-solo lo pruebas a ver como te queda, que ya es hora de que te pongas algún vestido- y sin decir nada mas me metió en el vestidor, me lanzó un par de vestidos y corrió la cortina.
Sabiendo que Ginny no me dejaría salir si no me probaba por lo menos uno de los vestidos, escogí el menos escotado y chillón y me lo puse.
Al principio no conseguía que no me molestara. Había elegido un vestido azul marino con tirantes y que me llegaba hasta las rodillas que, tenía que reconocer, me quedaba muy  bien y era muy bonito pero eso no iba admitirlo y menos delante de Ginny.
-Keira, ¿estas lista ya? llevas ahí como media hora- me pregunta Ginny desde detrás de la cortina
-si hubieras elegido un vestido un poco más cómodo y fácil de poner ya estaría lista- le contesté saliendo del vestidor
-¡estás preciosa!-y eso lo dijo sinceramente- ¿y el otro vestido?-
-no, ese sí que no. Me niego a ponerme ese-
-está bien, pero te compro este-
Intenté protestar pero a decir verdad es justamente lo que quería aunque no me lo iba a poner nunca por la calle.
Se acercó al mostrador y puso toda la ropa para ella sobre el mostrador y encima de todo el mío. Sacó un fajo de billetes del bolso y lo pagó todo y aún le sobró bastante.
Decidí que no quería saber de dónde había sacado Ginny todo ese dinero y me limité a callarme mientras volvíamos al coche para volver a casa.

Mi nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora